El vino de Rioja es uno de los grandes tesoros que tiene la gastronomía española y uno de los productos más renoconocidos fuera de nuestras fronteras. En torno a este producto viven muchas familias y se mueve una gran cantidad de dinero que cómo no, no podía dejar fuera al mundo del turismo. No son pocos los turistas que cada vez más hacen un turismo enológico para conocer más sobre este producto y visitar las cada vez más sotisficadas bodegas que las principales empresas de vino están construyendo.
Para dar cabida a todo este turismo que cada vez más visita esta zona se están construyendo y rehabilitando hostales, pensiones y pequeños hoteles para satisfacer la demanda de visitantes que por norma general tienen un poder adquisitivo medio-alto.
Uno de estos hoteles que podemos destarcar es el Hotel Viura, un hotel de diseño construido en Villabuena de Álava, en la Rioja Alavesa, un pueblo en el que prácticamente no hay nada pero que la construcción de este hotel le ha dado una afluencia de gente que anteriormente hubiera sido imposible imaginar. A escasos 10 minutos en coche tenemos Laguardia, mucho más animado y centro turístico de la zona desde el que podemos partir para visitar cualquiera de las muchas bodegas que hay en la zona.
El hotel Viura ha sido deseñado por Designhouses, construyendo un hotel que combina perfectamente el hormigón con el enclave natural en el que se encuentra. El hotel es pefecto para pasar un fin de semana romántico en pareja y realizar alguna visista a alguna de las bodegas que se encuentran próximas al hotel, cómo puede ser la bodega Marqués de Riscal, construida por Frank O. Gehry o la bodega Ysios, la otra bodega más destacada de la zona construida por Santiago Calatrava.
El hotel cuenta con todo lujo de detalles para que tu estancia sea lo más cómoda posible. Las habitaciones tienen un diseño moderno combinando el hormigón con el blanco y el gris. En el diseño de la habitación destacan los baños, los cuales no llegan a estar completamente separados de la habitación sino que se encuentran divididos por un muro de altura media que le da más amplitud a la habitación si bien es cierto que le resta intimidad. Los pasillos son negros con decoración de dibujos pintados en tiza blanca jugando en la iluminación con la luz morada para resaltar esos dibujos.
El exterior del hotel destaca por su arquitectura de cubos casi en equilibrio que hacen que el edificio sea totalmente diferente a nada que hayas visto antes. En su azotea tiene un lounge con mesas y sillas para estar tomando algo en la época de verano.
En su interior podemos encontrar una pequeña biblioteca de lectura, así como una cafetería y un pequeño gimnasio con 4 máquinas de ejercicio aeróbico. También cabe descar su restaurante en el que podemos degustar una cena a corde con la categoría del hotel. Cuenta con un menú de 40 euros en el que se incluyen 2 platos, agua, vino y postre. El menú está bastante bien pero es cierto que a la hora de servirlo sólo cuentan con 2-3 camareros y si está muy lleno (recomiendo reservar con anteleación) se hace bastante lento. Si queréis cenar fuera del hotel, ya que el precio del restaurante puede ser algo alto, no os queda otro remedio que coger el coche e ir a Laguardia ya que cómo hemos comentado en el pueblo no hay prácticamente nada.