Girona, al norte de Catalunya, es una ciudad muy rica en historia, con un legado importante. Desde que abrieron su aeropuerto, al llegan la mayoría de compañías low cost, que ofrecen vuelos baratos, se ha hecho muy popular. Llegar a ella es más económico que nunca y sirve de puenta para ir a otras ciudades más conocidas, como Barcelona y la costa catalana.
Es una ciudad llena de contrastes, por que lo añejo se mezcla con una Girona moderna y emergente, con un alto nivel de vida, que se mantiene al alza.
Su barrio antiguo alberga una de las zonas judías más bien conservadas de toda Europa. Por ello cuentan con un museo dedicado a ello, y un centro de interpretación. Sus calles desprenden historia, con tiendas donde comprar libros, comida y artesanía sobre la cultura judía, máximo exponente de esta bonita ciudad.
Girona no es una ciudad muy grande, aunque en los últimos años ha experimentado un notable crecimiento. Esta ventaja permite visitarla a pie, y caminar por su distintos barrios. Recomendamos empezar por su barrio antiguo, con reminiscencias a la cultura judía y edificios góticos.
Uno de ellos es la catedral, grande e imponente, resaltan sus múltioples escalinatas para llegar a ella, que se engalan al completo durante la fiesta de la flor. Cuando todas las calles están repletas de flores de diversos colores.
Muy cerca de la catedral, un conjunto de iglesias marcan el simbolismo religioso de sus antepasados. Al igual que las murallas, que permiten recorrerlas y divisar la ciudad a nuestros pies. Son de gran belleza arquitectónica y se realizan visitas diarias.
Al otro lado del río, las casas de colores rompen una estética lineal para ofrecer creatividad, siendo una característica de este lugar. Aquí encontramos una parte más nueva, con casas modernas, así como una interesante oferta lúdica, con restaurantes y bares con solera. Son pisadas con mucha afluencia en fines de semana por un público mayoritariamente joven, que la elige para estudiar y vivir en un ambiente de gran calidad.
Foto: shht