Una de las zonas de Los Ángeles que consigue atraer cada año a multitud de turistas es Hollywood. Y es que dicho barrio es la meca del cine, el lugar donde pueden admirarse multitud de monumentos que vienen a rendir homenaje a las grandes estrellas del celuloide.
En concreto, uno de los espacios más significativos del lugar es Hollywood Boulevard donde, además del Paseo de la Fama, existe uno de los símbolos arquitectónicos más importantes: el Teatro Chino de Grauman.
En el año 1927 fue cuando se inauguró este espectacular centro cultural, que tiene su principal particularidad en el hecho de que posee la apariencia de una pagoda china. De ahí que en su fachada se puedan vislumbrar desde dragones hasta los leones mitológicos, llamados perros de fu, que son muy habituales en los edificios budistas.
Fascinante resulta, por tanto, estar delante de este teatro dada la singularidad externa que cuenta. No obstante, no hay que pasar por alto tampoco que justo en su entrada pueden admirarse las huellas de pies, manos u objetos personales que dejaron en su momento afamados actores y actrices como sería el caso de Rita Hayworth, Marilyn Monroe, Groucho Marx, John Wayne, Daniel Radcliffe o Clark Gable.
Como edificio histórico y cultural está catalogado el Teatro Chino de Grauman, que recibe su nombre de su dueño originario (Sid Grauman) y que tiene tras de sí un importante número de curiosidades o señas de identidad:
- Se encuentra muy próximo al Teatro Kodak.
- Ha sido el lugar elegido para estrenar multitud de películas de gran relevancia en la Historia como sería el caso, por ejemplo, “Rey de reyes” (1927, Cecil B. DeMille).
- Ha albergado algunas galas de los Premios Oscar.
- Entre las huellas destacan unas por ser las únicas que no son alguien famoso. Nos estamos refiriendo a las de la madre del dueño originario.