Uno de los monumentos más insignes de cuantos tiene la comunidad autónoma de Extremadura es el Teatro Romano de Mérida. Se trata de una construcción del año 16 a.C que actualmente no sólo ejerce como el reclamo más importante de la ciudad sino también como el escenario donde se desarrolla el afamado Festival Internacional de Teatro Clásico.
El cónsul Marco Vipsanio Agripa fue quien ordenó la construcción de este espacio, catalogado como Patrimonio de la Humanidad y Tesoro de España, que sigue la misma estructura que otros teatros romanos que se encuentran a lo largo del continente europeo.
Más concretamente tenemos que subrayar que se encuentra conformado por lo que sería el graderío, el escenario y la orchestra. Elementos todos ellos que cuentan con un enorme valor como también lo poseen una serie de componentes que pueden encontrarse y admirarse a lo largo de toda su extensión.
Este sería el caso, por ejemplo, de las conocidas como “siete sillas”. En la parte alta del graderío es donde se hallan estos asientos de sillares de granito que, según la leyenda, fueron utilizados en muchas ocasiones por reyes moros para tomar decisiones acerca de sus acciones militares o gubernamentales.
Sus columnas y estatuas son también igualmente importantes en todo el conjunto arqueológico que forma el Teatro Romano de Mérida, con capacidad para albergar a un total de 3.000 espectadores.
Es interesante resaltar el hecho de que quien acuda a visitarlo también podrá disfrutar de todo el conjunto de monumentos romanos que se encuentran a su alrededor. Este sería el caso del circo, el foro, el templo de Diana o el anfiteatro, que data del año 8 a.C y que tenía como función el ejercer como escenario de las luchas entre gladiadores o bien de estos con animales salvajes.