El Convento de Santa Clara en Sevilla

Convento de Santa Clara

Historia, monumentos de interés, algunos de ellos más que conocidos, y rincones con encanto son algunos de los atractivos que nos ofrece una ciudad como Sevilla. Bañada por el Guadalquivir, a lo largo de los siglos son muchas las civilizaciones que han pasado por ella dejando un legado difícil de igualar.

La Giralda, la Torre del Oro, el Barrio de Triana, la Catedral, Santa Cruz… son muchas las visitas imprescindibles que debemos realizar si estáis mirando ofertas de hoteles en Sevilla a buen precio. Sin embargo, hay otras que pasan un poco más desapercibidas, e incluso en ocasiones ni atendemos a ellas. En la capital andaluza esto suele ocurrir bastante, y especialmente con el Convento de Santa Clara, una visita que os encantará.

Declarado Bien de Interés Cultural desde 1970, lo encontramos en la calle de Santa Clara del popular barrio de San Lorenzo, a solo cinco minutos a pie de la Giralda. Tiene su origen a finales del siglo XIII, cuando fue fundado por Fernando III de Castilla, aunque el edificio actual no fue construido hasta los siglos XVI y XVII. De la primera época solo nos queda en pie la Torre de Don Fadrique.

La fachada del convento es típicamente sevillana, con su azulejo de Santa Clara del siglo XVII. Es la única parte del convento que se aprecia fácilmente desde la calle. Una vez en el interior podemos visitar la iglesia, el refectorio, un magnífico claustro renacentista, las cocinas, los dormitorios y otras dependencias. La mayoría de turistas se concentran especialmente en la iglesia y el claustro.

La iglesia, construida en estilo gótico-mudéjar entre los siglos XV al XVII, cuenta con un más que interesante retablo mayor de 1625 y otros cuatro retablos en las diferentes capillas laterales. Cuenta con una sola nave y dentro de su decoración habría que mencionar los bellos zócalos de azulejos de más de dos metros del presbiterio y la espadaña, fechados en 1565. Posiblemente sean únicos en España.

El convento gira alrededor del claustro principal renacentista, que data de 1532. De planta cuadrada, tiene dos plantas de arquerías con columnas y un espacio central ajardinado. Una de las salas que da a este claustro es el antiguo refectorio de las monjas, pequeño pero de gran belleza decorativa.

El Convento de Santa Clara es, como decíamos al principio, una de esas visitas que uno suele dejar atrás al tener otros atractivos más conocidos en la ciudad. Sin embargo apreciarlo es saborear una de las iglesias más sevillanas, un claro ejemplo de la arquitectura local.

Foto Vía Josemro