Viajar a Escocia es siempre un gran placer para los sentidos. Ya no sólo por sus impresionantes paisajes, sino por una cultura única y personal que trasmite muchos valores y que está repleta de folkore. Los vuelos a Edimburgo son numerosos y muy económicos, en un abrir y cerrar de ojos llegas a la ciudad, una joya del norte europeo.
Edimburgo destaca porque su casco antiguo es declarado Patrimonio de la Humanidad por una arquitectura definida y muy bien conservada. Realmente, es una ciudad de pequeñas dimensiones y el centro, dividido por la new town y la old town, es fácil para recorrerlo a pie en un día sin parar.
Pero debemos descansar y reponer fuerzas, así que nos tomaremos el viaje con algo más de tranquilidad. En medio de la ciudad, se halla su castillo, una gran fortaleza que se ve desde casi todos los puntos de la ciudad que hay que visitar. Ofrece un nuevo colorido de la urbe a tus pies en este fortaleza a la que podemos entrar y ver algunas de sus dependencias donde encontrar algunas exposiciones temporales.
Pero lo mejor del lugar son las vistas hacia los parques, los jardines, la playa y la ciudad. Bajamos del castillo para dar una vuelta por el centro. Los museos de la ciudad, de Escocia y de arte moderno están en la esta zona. Las casas y edificios típicos se confunden con toda clase de establecimientos con artesanía, faldas escocesas auténticas, ropa, y muchas destilerías donde es tradición comprar diferentes clases de whisky.
Una de las mejores opciones para comer o cenar de forma económica es ir a sus tabernas. No sólo se bebe cerveza, sino que ofrece cocina de la región donde las carnes y los pescados (arenques, salmón…) son protagonistas. Comerás abundantenemente y, además, escucharás música en directo.
Foto: sevillista