Decir que Nueva York es la ciudad de las emociones, donde todo se mueve, no es ningún secreto. Pero hay que saber que todavía existen rincones donde reina la calma y lo moderno se une con aquello más tradicional. El barrio de Brooklyn de Nueva York mezcla el bullicio de la gente con zonas algo más deshabitadas.
Esta primavera date una escapada a la Gran Manzana. Ahora hay muchos viajes baratos que debemos aprovehar para descubrir los tesoros de Norteamérica.
En este barrio, lo primera que hemos de hacer es atravesar el puente de Brooklyn, una enorme estructura de acero, con extensión de 478′8 m une Manhattan con este popular barrio. Inaugurado en 1883, fue el primer puente de suspensión realizado en acero del mundo, construido sobre el East River por el ingeniero John Roebling. Fue reformado a principios de los años 80 y su estética y estructura se ha mantenido hasta la actualidad.
Posteriormente, podemos dar un paseo por los barrios residenciales, llenos de casas aparentemente de semilujo, donde ver la casa del escritor Truman Capote. Te sorprenderá la calma que aquí habita y las formas típicas de sus casas, que habrás visto desde la televisión miles de veces.
Este barrio emerge y ahora está lleno de jóvenes bohemios y diseñadores que montan sus propias galerías de arte y tiendas de moda. Los lofts son una de las soluciones para vivir y para montar empresas, algo similar a lo que ya sucedió en el Poble Nou de Barcelona.
Ir de compras de viejo es un regalo en esta zona. Ropa, zapatos, muebles, artesanía… a la moda y a lo más vintage del momento. Aquí encontrarás auténticas gangas con diseños totalmente exclusivos y bien de precio.
Por otra parte, los restaurantes y bares también se suceden. Aquí se realiza una de las tartas de queso más buenas del mundo en un ambiente de primera, familiar y amigable. Sus jardines rompen esta monotonía y te harán sentir muy lejos del bullicio de la gente. A orillas del agua, se ve Nueva York al otro lado y dan ganas de quedarse para siempre.
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