Trim, pueblo histórico cerca de Dublín

Castillo de Trim

Hace pocos días San Patricio inundaba de verde las calles de Dublín y de las principales ciudades de Irlanda. Pero no os preocupéis, cualquier momento del año que aún nos queda será una buena oportunidad para darnos el gustazo de disfrutar de la isla esmeralda. Un país simpático y agradable, donde sus gentes os harán sentir como en casa. Un mágico destino de castillos y paisajes de ensueño que no debéis perderos por nada.

En Irlanda cualquier pequeño detalle es una joya. Esta misma frase fue la que me soltó el recepcionista de mi hotel en Dublín cuando le conté lo maravillado que venía después de visitar Trim. Un pequeño pueblo de poco más de mil habitantes, situado 45 kilómetros al noroeste de la capital irlandesa. Un lugar que durante la Edad Media adquirió el rango de puesto fronterizo, algo que puede apreciarse fácilmente en los muros de sus fortificaciones.

Si tenéis pensado reservar vuestros vuelos a Dublín con Rumbo.es, Trim es una excursión de un día que os recomiendo. El río Boyne nos marca el camino para llegar hasta aquí. Sus aguas tranquilas ya denotan que estamos ante un remanso de calma, nada comparable con lo que por aquí tenía lugar hace unos siglos. Las ruinas del Castillo de Trim, uno de los más imponentes de Irlanda, reflejan el pasado guerrero de esta población.

Tanto las ruinas románticas de este castillo como las de la iglesia anexa (según la tradición fue construida por San Patricio) son tal vez los elementos más atractivos del pueblo. La muralla de la fortaleza tiene más de 450 metros, imaginaros lo que debió ser allá por el siglo XII cuando fue construido. Conserva aún hasta diez torres y un macizo torreón de 21 metros de altura en el centro. Al pasar cerca el río el espectáculo del paisaje se vuelve aún mucho más pintoresco.

Pero no es este el único castillo de Trim, ya que en la otra orilla se levanta el Castillo de Talbot, cuyo origen hay que buscarlo en el siglo XV. Es mucho más pequeño que el anterior, pero de visita imprescindible. Tras él nada mejor que perdernos por las callejuelas del centro histórico y disfrutar de la catedral y su torre de 1449 o el barrio de Newton Trim con las ruinas de la Catedral de San Pedro y San Pablo del siglo XII.

Por último, o bien incluso antes de cualquier visita, hay que pasarse por el Centro de Visitantes de Trim para conocer todo el pasado histórico de este lugar a través de una serie de audiovisuales. Será sin duda la mejor manera de apreciar lo que fue este pequeño rincón, una de las ciudades con mayor esplendor medieval de Irlanda.

Foto Vía Tripideas