En esta ocasión desembarcamos en Colombia, más precisamente en el Parque Nacional de Tayrona, situado en la Sierra Nevada de Santa Marta. Sin lugar a dudas, es uno de los lugares más encantadores de todo el planeta. Con respecto a sus playas, no se tratan de las típicas playas caribeñas, tampoco son similares a las playas de una isla desierta. En este rincón del planeta las costas poseen una mezcla especial, podemos observar desde ellas las cumbres de las montañas nevadas, junto con el verde de la selva y el azul del mar.
Como anteriormente hice referencia a las montañas, puedo comunicarles que en el departamento del Magdalena se encuentra el sistema montañoso- costero más alto del mundo: me estoy refiriendo específicamente a la Sierra Nevada de Santa Marta, ubicada a orillas del mar y cuyos picos alcanzan los 6000 metros de altura. Imagino que te estarás preguntando si desde la playa puedes ver la nieve. La parte más alta de las montañas son el lugar de residencia de tribus indígenas: los Kogis, Arhuacos y Arsarios.
En este lugar, la naturaleza nos ofrece distintas posibilidades, de acuerdo a nuestros gustos. En determinados sectores el agua es bastante rebelde, ideal para la práctica de surf, en otros sitios el agua es muy serena y nos permite darnos un baño sólo o con nuestra familia. Además existen playas nudistas para quienes gusten de pasear por la naturaleza como Dios los trajo al mundo. El buceo es otra actividad muy practicada en la región, ya que cuenta con muchos fanáticos alrededor del mundo.
Para quienes no posean demasiada afinidad por el mar y prefieran la tierra, existen muchos lugares por recorrer. No puedo dejar de nombrar los senderos ecológicos y caminos llenos de historia que te trasladarán a la época precolombina. Arrecife es una zona con restaurantes, diseñada para los turistas. Mientras que Pueblito nos presenta las ruinas de la antigua civilización Tayrona.