Buenos Aires, capital de la República Argentina, es una de las grandes metrópolis suramericanas y, como tal, una ciudad interesante para visitar, variada y cosmopolita, al nivel de otras grandes urbes del mundo. Está situada sobre un terreno llano y, con unos tres millones de habitantes (diez, si contamos la población de su área metropolitana), se encuentra a orillas del Río de la Plata y el Riachuelo, que la limitan, respectivamente por el este y el sur.
Goza de un clima bastante templado, que permite visitarla en cualquier época del año, aunque hay que tener en cuenta que, al estar ubicada en el hemisferio sur, nuestro invierno es su verano, y viceversa. Por lo demás, los veranos suelen ser húmedos y en invierno es aconsejable llevar ropa de abrigo. No obstante, no suele haber temperaturas extremas en ninguna estación ni excesivas precipitaciones, lo que hace de ella una ciudad ideal para pasear.
Goza de una historia amplia y rica, desde su fundación en el s. XVI por los colonizadores españoles, aunque han sido muchas y muy diversas las influencias recibidas del extranjero, sobre todo gracias a las oleadas inmigratorias que, desde el XIX, llegaron la ciudad: italianos, sirio-libaneses, polacos y rusos, seguidos por ciudadanos de muchas otras nacionalidades, le confirieron un carácter especial que le da sus señas de identidad, así como a gran parte de Argentina.
Sus 48 barrios ofrecen al visitante, que cada vez lo tiene más fácil para llegar a la ciudad -gracias a los vuelos baratos a Buenos Aires-, un paisaje urbano variado y con infinitos encantos, tanto populares como culturales, una arquitectura compendio de estilos históricos y vanguardistas y un gran abanico de lugares de interés, restaurantes, museos, zonas de ocio y rincones pintorescos que hacen aconsejable y deseable alargar la estancia todo lo posible.
Foto: Luis Argerich