Dicen en Roma que para estos días esperan una llegada masiva de turistas. Todo tiene que ver con el próximo cónclave que elegirá al sucesor de Benedicto XVI. Los hoteles comienzan a llenarse y en las calles y plazas de la Ciudad Eterna se vive una inusitada expectación. En pocos días millones de personas en todo el mundo se agolparán frente al televisor a la espera de la fumata blanca, preludio simbólico del nuevo pontífice de la iglesia católica.
En estos últimos días los operarios se afanaban en el interior de la Capilla Sixtina, famosa estancia en la que se reunirán los 115 cardenales encargados de elegir al nuevo Papa. Es este rincón sin duda alguna uno de los más visitados y turísticos del Vaticano. Sin ir más lejos la compra de cualquiera de las entradas a los museos vaticanos incluye la visita a esta majestuosa sala. Como gran tesoro del mundo del arte, si tenéis reservados vuestros viajes baratos a Roma, es de visita imprescindible.
Fue durante el mandato del Papa Sixto IV, entre 1473 y 1481, cuando se llevaron a cabo los trabajos de esta sala. Su arquitecto fue Giovanni de Dolci, aunque el hombre que ha pasado a la posteridad en torno a este lugar es sin duda Miguel Ángel, uno de los artífices de los frescos que recubren por completo las paredes y el techo de la sala. Junto a él trabajaron otros artistas, como Boticelli, Luca o Perugino.
Los ojos de todos los turistas que entran en la Capilla Sixtina se alzan inmediatamente hacia el techo de la sala. Allí se encuentra, en la parte central de la bóveda, el famoso fresco de la Creación de Adán. Miguel Ángel estuvo trabajando en estas pinturas durante cuatro años, de 1508 a 1512. Además de admirar esta obra de arte cabe imaginarse la posición que mantuvo todo ese tiempo para poder trabajar…
Otra de las joyas artísticas de la Capilla Sixtina es la representación del Juicio Final. La encontramos sobre el altar mayor y es otra de las grandes obras maestras de Miguel Ángel. El ábside en el que se sitúa le llevó al artista otros cinco años, de 1536 a 1541.
A la hora de visitar los museos vaticanos, la visita a la Capilla Sixtina se suele dejar para el final. No tiene pérdida ya que se encuentra a un costado de la Basílica de San Pedro. Os recomiendo que, en la medida de lo posible, la visitéis a una hora del día en el que no haya mucha afluencia de público. Los fines de semana y durante las mañanas es imposible materialmente apreciarla con tranquilidad dado el número de visitantes que hay.
La entrada es mejor reservarla desde casa, ya que las colas de las taquillas son bastante largas. Al ser un lugar sagrado ni que decir tiene que no se puede acceder en bermudas o minifaldas.
Foto Vía Noticias Yahoo