Las catacumbas son una visita única en París. La historia de la ciudad se halla oculta bajo sus piedras. No siempre aparecen como una de las atracciones turísticas de la ciudad, sin embargo vale la pena de visitar, aunque no es muy aconsejable para los niños o las personas sensibles. Las catacumbas son galerías subterráneas que muestran cráneos y huesos de los muertos apilados, traídos de diferentes cementerios de París.
Las catacumbas nos permiten pasear por los túneles, aprendiendo leyendas y mitos de la historia de París, refrescándonos un poco del calor exterior o calentándonos del frío, según la época del año en la que hayamos decidido visitar la ciudad. Tal vez lo que sintamos sea un reguero de escalofrío…
Las Catacumbas se abrieron en el siglo XVIII, cuando el hacinamiento de uno de los cementerios parisinos provocó el surgimiento de enfermedades en los barrios cercanos. París trasladó los muertos de estos cementerios a las canteras, que se convirtieron en el lugar del eterno descanso de muchos parisinos. Los huesos siempre se transportaban de noche.
Las catacumbas permanecieron abiertas durante todo el siglo XVIII, a excepción de un tiempo que estuvieron cerradas. En el 2005 volvió a abrir sus puertas. Lo curioso es que, entre estos huesos, están los de Moliere, Robespierre o Rabelais. Pero, claro, nadie sabe cuáles son.
La temperatura interior en las catacumbas se mantiene constante a unos 14 grados, por lo tanto debemos ir vestidos para esa temperatura. Para llegar a los túneles hay que descender 130 escalones en total, aunque luego sólo hay que subir 83. Los túneles están iluminados tenuemente en algunas partes. Sin embargo, está prohibido hacer fotos con flash.
A fin de mantener un ambiente tranquilo , sólo se permite la visita de unas 200 personas cada vez. Los cráneos y huesos están perfectamente organizados y permanecen completamente anónimos. Está prohibido robar huesos, y los guardias comprueban los bolsos a la salida. La mayoría de la información está publicada en francés y en inglés.
La visita a las catacumbas de París es ideal para cuando el día está lluvioso o simplemente para dar un paseo original a cualquier hora del día. Un paseo entre los muertos, algo, a buen seguro, inolvidable.
Cómo llegar
Se puede llegar fácilmente a las catacumbas mediante las líneas de metro 4 y 6, o el RER B hasta Denfert-Rochereau, además de los autobuses 38 y 68. La entrada es un pequeño edificio negro situado en la Avenida Coronel Henri Rol Tanguy
Información adicional
* Horarios: Las catacumbas abren todos los días, excepto los lunes, de 10.00 a 17.00 horas. La última de las entradas es a las 16.00 horas, pues la visita dura unos 45 minutos
* Precios: La entrada cuesta 8 euros
Foto: Neatorama