Seguro que muchos me diréis qué pintaríamos en Oslo en pleno invierno. Como buena ciudad escandinava, hace frío, mucho frío. La ciudad está llena de nieve, y las horas de sol son muy limitadas. Sin embargo, Noruega es un país caro, y viajar en invierno a Oslo puede resultar incluso tres veces más barato que hacerlo en primavera, verano u otoño. Los hoteles en Oslo apenas están ocupados, y todo aparece mucho más tranquilo.
Y si encima os gustan los deportes de nieve, Oslo sería vuestro paraíso. Aquí se podría patinar sobre hielo en cualquier parte, hacer esquí urbano, paseando por el centro histórico, o incluso pegarnos alguna escapadita a alguno de los bosques cercanos, a vivir el esplendor blanco que cubre a Oslo en invierno.
La tranquilidad con la que podéis echarle un vistazo al fabuloso Parque Frogner es ideal. Se trata de un majestuoso parque, que alberga 192 obras en bronce, granito e hierro forjado del célebre escultor noruego Gustav Vigeland. La bruma y la nieve del invierno convierten este parque en un paisaje memorable de invierno. Abrigaros bien, y sentir el misticismo del invierno en pleno corazón de Oslo.
Ni que decir tiene que los museos son una visita más que interesante en el invierno de Oslo. Primero, por guarecernos un poco del frío, y segundo porque, en esta época se puede entrar sin tener que esperar colas interminables. El Museo Edvard Munch, el Museo de Artes Aplicadas, y el Museo Nacional de Arte, Arquitectura y Diseño, deben estar entre vuestras preferencias. También hay museos sobre el patinaje, un museo de correos y un museo de esquí.
Todo parece acortarse en Noruega en invierno, incluso los días. Hay menos horas de sol, por lo que, para recorrerla hay que levantarse bien tempranito, abrigarse, y visitar Oslo. Facilita las cosas que también haya poca gente, aunque, como todo disminuye, lo hace también el transporte público. Os aconsejaría que, en invierno, alquilaráis un coche en Oslo.
Lo mejor del invierno en Oslo es que podéis iros de compras, y encontrar en casi todas las tiendas rebajas de hasta un 70 por ciento con respecto a los meses más cálidos. Pasaros por la Karl Johans Street, la calle comercial de Oslo, y haceros con ropa de invierno, artículos deportivos como trineos y esquíes, cerámica, vidrio noruego, etc… Además, no hay mucha gente, turistas casi ninguno, así que aprovechar los descuentos.
Oslo en invierno es una ciudad que casi se convierte en una estación de esquí. Hay pistas de patinaje artificiales casi en cualquier plaza, la gente suele pasear en trineo, y en los parques, lagos y ríos suele estar la gente pescando. Y si el frío os hiela las ideas, nada mejor que acudir a las saunas, otro de los grandes pasatiempos escandinavos en invierno. ¿Quién dijo entonces que es una locura viajar a Oslo en invierno?.
Foto Vía RennyBA