Vernazza, la postal de la Cinque Terre en Italia

Vernazza

La Cinque Terre es una porción de costa en Italia que va desde Punta Mesco a Punta di Montenero. Está formada por cinco pueblos aferrados a un terreno escarpado que se sitúa entre las ciudades de Génova y Pisa. Bañados por el Mar de Liguria, estos pueblos son Monterosso, Corniglia, Manarola, Riomaggiore y Vernazza. Cada uno de ellos es un laberinto de callejuelas rodeado por casas de color pastel que se asoman hasta el mar.

Tengo un amigo que acaba de venir precisamente de la Cinque Terre y me ha definido a cada uno de estos pueblos de la siguiente manera:

  • Riomaggiore, un pueblo cotidiano
  • Manarola, pintoresco
  • Corniglia, colores sobre una colina
  • Monterosso, lo más parecido a un hotel de playa
  • Vernazza, el pueblo que serviría de portada a la región

De todos ellos, mi favorito es Vernazza. Apenas viven en él unas 600 personas y sus calles son casi todas peatonales. Si vienes en coche, hay que dejarlo a las afueras del centro. Aquí se halla el único puerto natural de la Cinque Terre. En la Edad Media no había playa, y el mar llegaba prácticamente hasta las casas, en cuya puerta los pescadores ataban sus barcas de estilo veneciano. Ahora todo ha cambiado y apenas hay pescadores en Vernazza.

Su playa es una cala pequeña y pintoresca. Uno puede tumbarse al sol relajadamente o disfrutar de las vistas. En verano todo el pueblo se llena de turistas y el ambiente, tanto de día como de noche, es muy animado. Los lugareños dividen Vernazza en dos partes: la Sciuiu, a la izquierda, y Iuvegu, a la derecha. En esta última existía un castillo que, en su día, sirvió de mirador para atisbar la llegada de los piratas. Debajo del castillo, las casas estaban conectadas mediante una galería interior para así huir de posibles ataques.

La iglesia que hay frente al puerto es uno de los monumentos más atractivos del pueblo. En el interior hay tres grandes cruces, réplicas de las que trajeron los barcos que marcharon a las Cruzadas. Durante Semana Santa, estas cruces se bajan de la pared y salen en procesión por las calles del pueblo. Frente a la iglesia hay una plaza diminuta que se ha convertido en punto de encuentro de turistas y lugareños.

Para preservar la belleza de esta zona, el gobierno italiano ha declarado estos pueblos lo más parecido a un parque nacional. Por unos ocho euros se puede recorrer una carretera que conecta los cinco pueblos en un viaje que puede durar alrededor de unas cinco horas. Durante todo el recorrido se puede apreciar un hermoso paisaje de viñedos. La producción de vino en la Cinque Terre se ha reducido considerablemente en los últimos años, pero aún hay familias que siguen fabricando este manjar de los dioses.

Solo queda sentarse en alguna terraza de Vernazza y disfrutar de las vistas y una copa de vino de la tierra. Difícil poder disfrutar de un escenario mejor.

Foto Vía Wallpapers5