Utrecht es, seguramente, una de las ciudades más bellas de Holanda. Más conocido por su Tratado, la ciudad también ofrece una visita turística a fondo, con unos monumentos que recuerdan la viva historia de Holanda.
Entre todos los monumentos de la ciudad, el que más atracción posea, seguramente sea la Catedral de Utrecht, cuyo registro más temprano data del siglo VII. Como otras tantas catedrales de su clase, la Catedral de la ciudad holandesa ha experimentado buenos y malos momentos como, por ejemplo, en 1253, cuando fue dañada por el fuego. Entre el siguiente año y 1517 la derruida iglesia fue reconstruida en estilo francés Gótico.
No obstante, las desgracias para el edificio siguieron. En 1647, tras un violento huracán, la conexión entre torre e iglesia se desplomo y esta vez, el lugar caído nunca ha vuelto a reedificarse. Las tumbas restantes y las pinturas de la pared del siglo XV también tienen mucho interés, igual que el patio medieval, una vibrante escapada encantadora al estrés de la ciudad pues en ella se contienen o viven más de 140 plantas y hierbas diferentes.
En cuanto a la Plaza del Dom, cerca y otro de los atractivos más importantes de la ciudad, se creó en 1826. A los visitantes se les suele mostrar el antiguo lugar donde se encontraba la iglesia antes de su desplome con el huracán. De hecho, ladrillos grises nos resumirán los contornos de cómo fue en su tiempo la antigua iglesia y una placa de bronce en la pared del sur de la Catedral nos informará la ubicación del “castellum” romano.
Justo detrás de la Catedral podremos ver la iglesia de San Pedro, hecha en el siglo XI y que tiene frescos y una cripta donde está enterrado su fundador, el Obispo Bernold.
Pero hay más. Quizás el atractivo más importante después de la Catedral, sea la Torre Dom, el cual domina el contorno de la ciudad y nos ofrece una vista de primera. Es la torre más alta (111,16 m.) y vieja de Holanda y, como no podía ser de otra manera, símbolo de Utrecht desde su fundación, allá por 1321-1382. Dentro de la torre podremos ver dos capillas, a saber, la Capilla de S. Michael, es decir, la capilla privada de los obispos y, la Capilla de Egmond, capilla privada del obispo George de Egmon.
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