Todo viaje a París que se precie debe incluir en su recorrido una visita obligada a Montmartre. Desde allí se puede contemplar la impresionante cúpula de la Iglesia del Sagrado Corazón, unas vistas impresionantes de la ciudad y la posibilidad de conocer la vida atormentada que siguió aquí el genial pintor Picasso y otros grandes compañeros suyos. Este pintoresco y excéntrico barrio también cuenta con museos, tiendas, bares y cafeterías con mucho encanto, así como una bohemia vida nocturna.
De hecho a veces se le conoce como el último pueblo de París, ya que goza de una identidad única. Montmartre fue muy conocido gracias a que en él está ambientado la película de Amelie. En el siglo XIX, su ubicación más allá de la periferia, le granjeó un carácter hedonista y salvaje, que atrajo a los artistas más rebeldes de la época.
Debéis comenzar vuestra visita en Bateau-Lavoir, en la Rue Ravignan, donde Picasso creó el cubismo y compartió estudio con Modigliani y otros grandes artistas. Muy cerca se encuentra el famoso Moulin de la Galette, inmortalizado en las pinturas de Picasso, Renoir y Van Gogh entre otros. Mientras estáis por aquí, podéis entrar en el Café Des Deux Molins, donde sirve su café Amelie, indagando en los corazones solitarios.
Después hay que ir buscando la basílica a lo largo de la Rue Gabrielle, y buscar el número 49, donde Picasso tuvo su primer estudio. Luego tomaremos la Place du Tertre para disfrutar de los trabajos de los artistas callejeros. Esta plaza siempre está llena de pintores, muchos de los cuales os pueden hacer un retrato. Es una plaza muy animada y muy colorida, aunque os recomiendo visitarla muy temprano, ya que luego se llena de turistas.
De aquí llegaremos a la Iglesia del Sagrado Corazón, a través de empinadas y sinuosas callejuelas. A la entrada seremos saludados por sus enormes estatuas humanas. Si miráis atrás tras la subida disfrutaréis sin duda de una de las mejores panorámicas de la ciudad. A simple vista puede sorprender que esta basílica no fuera terminada hasta 1890. De hecho se trata de un moderno edificio, rodeado de otros muy interesantes.
Aseguraros de completar vuestra visita con un inolvidable paseo hasta Au Lapin Agile, en la Rue des Saules. Su música de cabaret ensoñó a Picasso, Bracque, Apollinaire y otros, enfundándolos en las mágicas noches de Montmartre. Allí viviréis la esencia de la vida nocturna de este barrio bohemio y peculiar. La historia artística de París y Europa no se entendería sin Montmartre.
Foto: Vía Ibiblio