Marsella cuenta con numerosos jardines, antiguas ruinas griegas y romanas, espectaculares vistas de la costa y la maravillosa ciudad, clara, atemporal, digna de visitarse. En realidad, no hace falta mucho tiempo para ver la segunda ciudad más grande y más antigua de Francia. Desde el mercado de pescados en el Puerto Viejo, hasta las torres de su catedral y de sus iglesias, Marsella es un encanto que no debéis olvidar.
El Viejo Puerto de Marsella es el lugar ideal para comenzar nuestra visita. Es un punto de referencia único en la ciudad, ya que desde aquí se pueden ver varias fortalezas y jardines. Se pueden encontrar muchos restaurantes, bares y tiendas. Acercaros al Viejo Puerto por las mañanas, cuando se celebra el mercado y hay más bullicio.
Hay muchos turistas que vienen a Marsella sólo y exclusivamente para visitar y conocer la fortaleza del Chateau d’If, transformada en prisión y que data del siglo XVI. Actualmente es un museo construida sobre una isla a veinte minutos de Marsella en barco. Esta es la versión de la fortaleza de Alcatraz, pero en francés, y fue el escenario de la novela El Conde de Montecristo, de Alejandro Dumas.
Se pueden recorrer libremente todas las habitaciones de la fortaleza, con vistas al impresionante mar de Marsella. Los barcos hasta Chateau d’If salen del Puerto Viejo a horas fijas. El precio del viaje en barco ida y vuelta es de 10 euros, y la entrada a la fortaleza 5 euros.
Siempre que vayamos hasta Marsella tenemos que acercarnos hasta la Iglesia de Notre Dame de la Garde, allá arriba en la colina. Si llegáis en tren hasta la ciudad tendréis una vista completa del puerto de Marsella. Desde la misma estación de tren tomaremos el autobús número 61 para llegar a Notre Dame de la Garde. Os aconsejo visitarla a la caída de la tarde, con la puesta de sol, respirando el aire fresco y contemplando las vistas.
Veréis al fondo la fortaleza de Chateau d’If e Iles de Frioul. El parque que rodea la iglesia es un pacífico lugar en comparación con las ruidosas calles que hay más abajo. Al mirar hacia abajo, a la parte del Puerto Viejo y las montañas del fondo, podemos ir caminando hasta el Fuerte de San Nicolás o al Jardín del Faro.
La abundancia de antiguos fuertes y murallas hacen que nos recuerde el pasado griego y romano de Marsella. Para conocer la historia romana de Marsella nada mejor que acercarnos al Museo de los Muelles Romanos, tomando la línea 1 de metro en el Puerto Viejo, hasta la Plaza Vivauk. Para tener otras vistas de las antiguas ruinas, pasear por el Jardín de los Vestigios, donde, a raíz de la construcción de un centro comercial en 1960, se hallaron una gran cantidad de restos griegos. Se halla detrás del edificio de la Bolsa, y la entrada es gratuita.
Como véis, Marsella, gracias a su ubicación, ha tenido una historia muy rica. Notables monumentos e impresionantes vistas nos acompañarán en nuestro camino. Así que no os quedéis solamente en recorrer las calles del centro. Hay mucho más.
Foto 1: Tripadvisor
Foto 2: Academie