Estonia es uno de los países más pequeños de Europa, pero no por ello no alberga verdaderas joyas turísticas. Precisamente Tallin, su capital, es una de las ciudades mejor preservadas del continente europeo, y eso que fue duramente bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial. Hoy en día es una encantadora ciudad medieval.
Tallin fue fundada por los vikingos a principios del siglo XIII sobre una colina en la orilla sur del Mar Báltico, en el Golfo de Finlandia. La ciudad aparece hermosamente rodeada de siete colinas. Resulta encantador el centro histórico de Tallin, Patrimonio Cultural de la Humanidad, con sus estrechas calles empedradas y sus casas de colores. Indispensable pasear por estas callejuelas del casco viejo.
De entre esos lugares os destacamos el Raekoja, la Plaza del Ayuntamiento. Desde 1422 es la plaza central de la ciudad, con la torre del Ayuntamiento de 64 metros de altura, rematado con la veleta del Vana Toomas, uno de los símbolos de la ciudad. Este edificio fue construido a principios del siglo XV.
Desde esta plaza podemos ir hasta la cercana Pikk Street, una de las calles más importantes de Tallin. Desde 1549 allí se encuentra la Iglesia Pikk Oleviste, la Iglesia de San Olaf, edificio más alto del mundo hasta 1625 con sus 124 metros de altura. Os recomendamos que subáis los 258 escalones de su torre para tener una de las mejores vistas de la ciudad.
A medida que vamos caminando por Pikk vamos subiendo por la ciudad. Veréis la Iglesia del Espíritu Santo, que alberga la torre y el reloj más antiguos de Estonia. Aquí es donde están los edificios más antiguos de la ciudad, como el Castillo Toempea y la Catedral de Alexander Nevsky, que data del siglo XIII. Es el principal edificio de culto de la iglesia ortodoxa en Tallin.
El Castillo Toempea tiene dos fachadas preciosas. Una de ellas es la fachada que está frente a la catedral, de color rosa, y la otra tiene aspecto de fortaleza. Junto al castillo se halla la Torre Pikk Hermann, símbolo nacional de los estonios.
Aún hoy pueden verse las viejas murallas medievales de Tallin. Se conservan los muros, veinte torres y dos puertas. La mayoría de las torres están abiertas al público. Imaginaros las fotos que podéis hacer desde las torres de las murallas.
A las afueras de Tallin podéis visitar Kadriorg, la ciudad neoclásica que Pedro I el Grande construyó para su esposa Catalina. El palacio principal de esta pequeña ciudad alberga hoy el Museo Nacional de Arte Extranjero. Hay otro palacio precioso en la zona, el Maarjamae Loss, que alberga el Museo de Historia.
Como véis, Tallin es una ciudad medieval llena de lugares encantadores. Ya estáis tardando en reservar un viaje a esta maravillosa capital báltica.
Foto Vía Fotos de Hoy