Tulum, ya el nombre de por sí suena exótico, lejano y deseable, posiblemente la primera vez que lo oyes no sabes situarlo en el mapa, por lo menos eso fue lo que me pasó a mí, Tulum… suena a isla perdida en algún océano y si bien no es isla, si es un rincón perdido de la Riviera Maya, al sur de Cancún que ese si todos sabemos donde está.
A diferencia de Cancún con su archiconocida, saturada y mega explotada Playa del Carmen con su juerga eterna, ir a Tulum es volver al origen, desconectarte de la vida moderna y encontrar un trocito perdido de paraíso, con gente amable, playas de arenas blancas y tibias aguas color turquesa en las que puedes jugar a ser un Jacques Cousteau buceando en la segunda barrera de coral más grande del mundo si quieres aventura o simplemente dejando que las tibias aguas acaricien tu cuerpo durante las horas que quieras… El tiempo cambia de dimensión cuando estás en Tulum. También te permite perderte entre la jungla tropical a la búsqueda de calitas escondidas.
Pero no todo es playa, también el recorrer sus antiguas ruinas es una experiencia asombrosa. Tulum fue construida por los mayas y es uno de los lugares en que mejor se puede apreciar su arquitectura y vestigios de su cultura. Recorrer la ciudad de Tuluum y sus murallas es un viaje al pasado, lleno de misterios y leyendas ancestrales.
Tampoco te puedes ir de Tulum sin darte un baño en alguno de sus “cenotes”, que son piscinas naturales excavadas en las piedras que han sido horadadas durante siglos por las aguas cristalinas y que –se supone- eran un lugar sagrado para rituales mayas rodeado de una vegetación exuberante y con los ruidos de la selva como telón de fondo.
También podrás encontrar tours a distintos lugares si te apetece conocer más de la zona. Eso lo dejo a tu criterio, pero en lo personal creo que ya he hablado de las mejores cosas para hacer, principalmente la playa. El placer de perderse en su búsqueda es maravilloso, se trata de ir al sur de las ruinas y dejarse seducir por kilómetros de arenas blancas, aguas color turquesa rodeados de la densa jungla tropical que entremezclan hoteles, cabañas, hermosos bares de playa con todo tipo de comida y bebida, sin olvidar a los viejos de edad indefinida que te venden trozos de mango o cervezas al costado del camino por un dólar.
Y en cuanto a presupuesto, hay de todo. Desde hoteles súper mega chic a camping por tres dólares la noches o una hamaca en una cabaña de playa cubierta con palapas por 10 dólares la noche. Puedes contratar un paquete todo incluido o llegar a la aventura que creo es lo más divertido.
Para acabar estas recomendaciones, si bien y creo que para mal Tulum está cambiando rápidamente, aún conserva el encanto virgen de lo no totalmente invadido y que puedes disfrutar de tranquilidad y de un sitio que invita al descanso y a placeres menos tóxicos que lo que te entrega Cancún y sus alrededores. Aquí no hay gran juerga y en el pueblo la electricidad se corta a las 11 de la noche, pero no te preocupes, las cervezas se mantiene frías en el hielo y la playa bajo las estrellas es una experiencia que no olvidarás.
Foto: Flikr