Toronto: la ciudad canadiense de los rascacielos

Toronto: la ciudad canadiense de los rascacielos 2

Según cuenta la leyenda, el nombre de la ciudad de Toronto proviene de los primeros habitantes de estas tierras, los Hurones, y significa «lugar de encuentro», algo que define bien la idiosincrasia de esta gran capital canadiense, que es visitada y habitada por gente de todo el mundo en una fantástica y enriquecedora mezcla de culturas, tradiciones y sensibilidades. No en vano, la ciudad acoge cinco barrios chinos, uno italiano, uno portugués, uno griego, uno polaco, otro polaco y muchos más.

Como auténtica metrópolis que es, en ella se dan cita, para disfrute de sus ciudadanos y de turistas, todas las representaciones posibles del ocio y el entretenimiento: moda, diseño, arte, musicales, gastronomía, arquitectura, conciertos, museos… que llenan sus calles de vitalidad y hacen que cada día sean más los que se deciden a visitarla aprovechando la existencia, cada día más, de numerosos vuelos a Toronto.

Además, la ciudad puede servir como base para visitar otros lugares cercanos, que incluyen viñedos, áreas naturales y, por supuesto, las espectaculares Cataratas del Niágara. La ciudad más grande de Canadá siempre tiene algo que ofrecer al visitante, no en vano ha sido declarada hace poco como la cuarta mejor ciudad del mundo para experimentar la cultura. Con 4,7 millones de habitantes es, sin embargo, una ciudad amable con el extranjero que incluye atracciones como el Colegio de Arte y Diseño Arquitectónico de Ontario, el Museo Royal Ontario o la Galería de Arte de Ontario, infinidad de tiendas de todo tipo a lo largo de Yonge Street; la Torre CN, verdadero icono de la ciudad, con 553 m de altura, que permite gozar de impresionantes vistas de la ciudad en un entorno espectacular.

También destaca el Distrito Histórico de la Destilería, la más grande y mejor preservada colección de arquitectura industrial victoriana en Norteamérica. Pero si nos queremos hacer una idea de la variedad y calidad de las atracciones de Toronto, lo mejor es visitarla, dejarnos seducir por sus encantos, su infinitas posibilidades culinarias, sus vinos, en especial el «icewine«, reconocido internacionalmente y, con toda seguridad, nos marcharemos con la intención de regresar y con una de las mejores experiencias de nuestras vidas.

Foto: Ilker Ender