Pocas ciudades no han dejado un legado romano tan rico como el área de Tarragona, que ofrece edificios y monumentos únicos. Es hora de reservar viajes baratos y descubrir nuestro pasado en forma de yacimientos, lugares y rincones con encanto.
La costa dorada ya es preciosa de por si. El mar, el puerto, las fiestas y paisajes increíbles. A todo ello le hemos de sumar que Tarragona fue la antigua capital romana, Imperial Tarraco y por ello visitarla es siempre un triunfo en cualquier época del año.
Para empezar, podemos disfrutar con su teatro y anfiteatro romano, que queda a pies del mar. Desde el que, además de admirar esta famosa estructura, veremos impresionantes vistas a la ciudad y al mar mediterráneo y el puerto de la ciudad.
El puente del diablo o acuaducto es uno de los mejores conservados y nos da una idea de cómo transportaban el agua en aquella época. Por otra parte, para ver de cerca de qué manera se articulaban las ciudades antes de cristo acudiremos al foro. Todavía se conservan algunos restos de éste, donde todo giraba alrededor de una gran plaza.
Las termas romanas son especiales. En la ciudad y alrededores quedan algunas con sus grabados y simbolismos. Eran lugares casi de culto donde se bañaban porque el agua purificaba y ya en aquella época conocían los beneficios de la hidroterapia sobre la piel.
Los yacimientos cercanos también son muy importantes. Destacamos la vila romana de Centelles, que data del siglo IV, donde destaca la cúpula, los mosaicos y figuras grabadas.
El arco de Berà, ubicado en medio de la carretera, en la población de Arc de Barà, ofrece una gran estructura donde destacan las pilastras corintias. Una impresionante obra que fue construido a finales del siglo I aC. Vive de cerca época pasadas.
Foto: fer55