Mallorca, pese a ser conocida sobre todo por el verano, la playa y el buen tiempo, no agota su potencial tan sólo en esta época del año. Podemos alquilar una habitación de cualquiera de los hoteles en Mallorca en cualquier época del año, pues podremos disfrutar de la isla igual.
Aquí, las temperaturas suelen ser más suaves que en la península durante todo el año, por lo que pasear por sus playas e incluso tomar algún baño en algún día excepcional de invierno o de otoño puede ser perfectamente posible.
No obstante, hoy hablaremos de un hecho especial, de un acontecimiento natural de gran belleza que si bien no se desarrolla tan sólo en Mallorca, sí que aquí tiene especial interés. Se trata del florecimiento de los almendros, un espectáculo que merece la pena ver.
A finales de enero y comienzos de febrero, gracias a la suavidad del invierno en el mediterráneo, empiezan tímidamente a florecer las primeras variedades de los más de 117.000 almendros de las Islas Baleares, lo cual presagia la bonita imagen de los campos cubiertos por otro manto blanco que no es precisamente la nieve, a saber, el blanco manto de las delicadas flores de los almendros.
Este manto blanco anticipa la primavera en pleno invierno y se puede ver tanto en ejemplares solitarios como en plantaciones más extensas. Si nos acercamos a los almendros, podremos ver con mayor detalle la variedad del color de las flores pues no son tan sólo blancas sino que acogen cientos de tonalidades entre el rosa y el blanco más puro. Los amantes de la fotografía tienen en estas flores y en los almendros en general una ocasión especial para sacar espléndidas fotos.
Así pues, Mallorca es un destino al que se le sacará provecho viaje cuando se viaje, tanto en verano como en invierno, pues si no es el caso de época de sol y playa, Mallorca tiene atractivos que no nos dejarán con un viaje triste sino que todo lo contrario, nos descubrirá sorpresas que jamás imaginaríamos encontrar en esta isla.
Foto Vía: tochis