La semana santa esta cerca, ¿por qué no nos planteamos un viaje a las Islas Canarias, más concretamente a la isla de Tenerife? Esta es isla es, sobre todo para los religiosos y para los amantes de las celebraciones de Semana Santa, aunque también para todo curioso viajero, toda una experiencia. Nos referimos a la famosa Semana Santa de San Cristóbal de La Laguna, Patrimonio de la Humanidad desde 1999.
Podremos coger vuelos a tenerife, sin escala alguna, en los aeropuertos más importantes del país y con ello podremos disfrutar de unas semanas santas seguro que especiales. Por un lado podremos conocer el fervor religioso de la festividad que a continuación comentaremos y por otro, podremos disfrutar de una isla paradisíaca, uno de los mejores lugares al que nos podemos acercar en esa semana de transición entre invierno y primavera.
El casco histórico de La Laguna pertenece al siglo XVI y desde entonces, desde aquella primera construcción, su trazado ha permanecido intacto, lo que ha llevado a que sus calles sean pisadas por miles de turistas al mes. Entre sus construcciones podemos destacar diversos monasterios, ermitas, casas interesantes, etc., lo que nos da una primera idea de la tradición religiosa del lugar.
El Cristo de La Laguna, patrón del lugar, está presente en la mayoría de referencias religiosas del municipio y físicamente podremos verlo en el convento franciscano de San Miguel de Las Victorias. En torno a este y otros símbolos religiosos de menor importancia, La Laguna tiene toda tradición de diversas cofradías y hermandades que viven con gran devoción cada una de las tradicionales procesiones que se suceden en Semana Santa.
Durante las diversas procesiones que se realizan en este periodo del año, podremos comprobar el valor histórico y artístico de la ceremonia, pues todas las cofradías y personas aficionadas sacan a la calle la imaginería y orfebrería que forman parte del patrimonio religioso de La Laguna. Los días más destacados de la celebración son el Jueves y el Viernes Santo, días en el que las actividades principales ponen los pelos de punta a los visitantes y éstos se ven trasladados a otra época.
El Viernes Santo, por ejemplo, se suele celebrar la Procesión Magna, el cual comienza desde la Iglesia de la Concepción y recorre las calles más populares de la ciudad. A continuación, hacia las nueve de la noche se suele celebrar la Procesión del Silencio, sin duda el recorrido más sobrecogedor de toda la semana.
Así pues, unas vacaciones que mezclen ocio, cultura y religión puede ser una buena mezcla para el próximo periodo vacacional.
Foto Vía: yo