Uno de los microestados europeos existentes es San Marino que tiene el honor de poseer la república constitucional más antigua de todo el mundo. Por curiosidad merece la pena visitar este lugar, enclavado entre tierras italianas, pero también por el hecho de poder descubrir ciudades como la capital, San Marino, que cuenta con una serie de monumentos de gran valor.
En concreto entre las construcciones más significativas que podemos encontrar al visitar dicho enclave está la Piazza della Libertá. En la misma se pueden admirar no sólo una Estatua de la Libertad de finales del siglo XIX sino también edificaciones interesantes como sería el caso del Palacio Público o del Palacio delle Poste.
No menos interesante es la Iglesia de San Francisco, que data del siglo XIV y que conserva en su interior elementos de gran valor y riqueza como la obra Adoración de los Magos, del siglo XV. No obstante, también hay que resaltar el crucifijo realizado en madera del siglo XIV y el trabajo titulado Bautista del pintor italiano Giovanni Lanfranco, cuyas principales pinturas se pueden admirar en el Museo del Louvre en París o en el Museo del Prado de Madrid.
Hablar de monumentos de San Marino nos lleva también a hablar del conjunto de fortalezas que se extienden por toda su extensión. En concreto, tres son las más importantes y significativas y las que no debes dejar de visitar: Montale, del siglo XIII; Cesta que fue construida también en el siglo XIII y que actualmente ejerce como Museo de Armas Antiguas, y Rocca que, sin embargo, se puso en pie en el siglo XI.
Por estos atractivos merece la pena, sin duda alguna, visitar San Marino. No obstante, una vez que se pise su tierra se descubrirán otros muchos como, por ejemplo, su gastronomía que está representada especialmente por los helados, la lasaña y por el postre conocido como “Torta de las Tres Torres” con la que se representan a las tres mencionadas fortalezas que son símbolo del microestado.