Su palmeral es, sin duda alguna, el atractivo principal que ha hecho que la ciudad alicantina de Elche sea conocida dentro y fuera de nuestras fronteras. Y es que el mismo está catalogado como Patrimonio de la Humanidad.
Por eso, cualquier turista que vaya a pasar unos días en dicha urbe tiene que llevar a cabo una visita a dicho enclave que cuenta con un valor y una riqueza inigualables. No obstante, tampoco hay que pasar por alto el conocer otros rincones igualmente importantes y significativos:
- Basílica de Santa María. En el siglo XVII, sobre los restos de una antigua mezquita, fue cuando se llevó a cabo la construcción de este templo que se enmarca dentro del estilo barroco.
- Castillo-Palacio de Altamira. En el siglo XV, por su parte, fue cuando se puso en pie esta fortaleza que se encuentra situada junto al río Vinalopó. En la actualidad ejerce como sede del Museo Arqueológico y de Historia de Elche.
- Torre de la Calahorra. Uno de los símbolos arquitectónicos de la ciudad de Alicante que nos ocupa es esta construcción del siglo XII que ejerció como uno de los mecanismos de defensa que tenía la muralla de la ciudad para protegerse de posibles ataques.
- Museo del Palmeral. Una manera de conocer a fondo el citado palmeral, que define e identifica a la urbe, es visitar este centro cultural que se encuentra próximo a lo que es el Huerto del Cura. Paneles, fotografías o vídeos son algunos de los elementos que se utilizan para mostrar al mundo la riqueza del palmeral y de la relación que ha mantenido siempre con la ciudad.
El Museo de la Festa o el yacimiento de la Alcudia, donde se encontró la Dama de Elche, son otros de los rincones más especiales de esta población.