Resulta impresionante cuando sobrevuelas el Aeropuerto de Quito y ves allá abajo a la capital ecuatoriana rodeada de montañas. Y eso que Quito ya se halla a 2.800 metros sobre el nivel del mar. Hay que acostumbrarse un poco a la altura, pero no es ningún problema.
Cuando llegas en tus vuelos Quito sorprende las vistas del Volcán Pichincha. Quito se divide en dos partes bien distintas, la vieja y la nueva. El casco viejo de la ciudad es muy bonito y colonial. Parece que estaréis paseando por cualquier ciudad española: plazas grandes, hermosas iglesias, calles empedradas rodeadas de edificios en color pastel…
La parte nueva de Quito está llena de tiendas, bancos, oficinas, altos edificios, hoteles de lujo, restaurantes, bares… algo que no tiene nada que ver con la belleza del centro histórico. Eso sí, de noche es mucho más segura la parte nueva.
A treinta kilómetros de Quito se halla la Mitad del Mundo. Sí, tal cual, el centro de la tierra, un monumento erigido en el que se cree que es el punto de la tierra de los cero grados de longitud y cero grados de latitud. Un lugar curioso y divertido para echarnos una foto. En su interior hay un museo donde conocer todas las comunidades indígenas de Ecuador.
A unos 70 kilómetros al este de Ecuador se halla el pequeño pueblo de Papallacta, situado a unos 3.300 metros sobre el nivel del mar, en el corazón de la cordillera de los Andes. El viaje en autobús hasta Papallacta ya es de por sí impresionante. Yo padezco de vértigo y, la verdad, no me gustó demasiado mirar por la ventanilla.
Allí se visitan las célebres Termas de Papallacta, situadas entre los volcanes de Cayambé y Antisana. Las temperaturas de estas aguas varían en torno a los 30 y los 70 grados. Impresionante es la piscina natural de agua caliente tallada en la roca que se halla rodeada de las nubes de los Andes.
Desde Quito se puede tomar un autobús para visitar la ciudad de Latacunga para contemplar la silueta del Volcán Cotopaxi. Los más aventureros pueden subir al volcán, en una ruta vertical de 4.800 metros hasta el campamento base, y de ahí a los glaciares. En la cima podéis ver el Lago Quilatoa, un lago en el cráter de aguas turquesas y rodeado de alpacas.
Otro destino en Ecuador es Riobamba, célebre por su tren de la Nariz del Diablo. Las vistas desde este tren son impresionantes. Desde Riobamba podemos ir a la montaña del Chimborazo, el volcán más alto de Ecuador con 6.300 metros de altura. Curiosamente, se asciende mucho más fácil que el Cotopaxi, aunque el camino está lleno de baches.
No puede faltar en nuestro viaje a Ecuador una visita a Baños, con la subida al Volcán Tungurahua, Guayaquil, casi más moderna que Quito, Cuenca, la tercera ciudad del país, con unas iglesias preciosas, Loja, al sur, y Vilcabamba, con sus espectaculares gargantas. Y, cómo no, tomar un vuelo acercarnos a las Islas Galápagos, un paraíso de fauna animal.
Como véis, cualquiera que pudiera decir que Ecuador es un país en el que no encontraríamos disfrute no sabría nada de este rincón sudamericano.
Foto Vía Surtrek