Puigcerdá, excursión al Pirineo al Girona

Puigcerdá, excursión al Pirineo al Girona 2

 

Muy cerquita de la frontera con Francia, en la provincia de Girona, encontramos a Puigcerdá, capital de la Cerdanya y uno de los rincones con mayor encanto de los Pirineos catalanes.

Son muchas las razones que nos pueden llevar a Puigcerdá. La naturaleza, la tranquilidad que se respira en sus contornos, la posibilidad de hacer esquí Andorra, ya que la capital del principado apenas se halla a unos 60 kilómetros… Puigcerdá es un pequeño retiro del que podemos hacer uso para nuestro turismo en cualquier época del año.

También cabe la posibilidad de quedarnos en la población y saborear su encanto. Hay rutas y paseos en el centro histórico, como el que se inicia en la Plaza de Santa María, dominada por el campanario de la extinta iglesia del mismo nombre que se situaba por aquí. Cerca de allí se halla el Hospital, uno de los edificios más antiguos de la población, y la Plaza del Ayuntamiento, con la presencia de la Casa de la Vila.

Otros rincones en Puigcerdá serían la Plaza Cabrinetty, que hace de vieja plaza mayor con sus pequeños soportales, la Capella de Nostra Senyora de Gracia, construida a finales del siglo XV pero reformada en el XX, la Iglesia de Sant Domenech o la Plaza Barcelona, en la que se ubica el edificio del Casino Cereta, de finales del siglo XIX y principios del XX.

Pero el entorno natural que rodea a esta población es otro de sus grandes atractivos. A orillas del río Segre, Puigcerdá siempre ha sido un enclave perfecto para el turismo rural en los Pirineos. A todo esto hay que añadirle la cercanía de diferentes estaciones de esquí, como La Molina, la Masella y el Vall de Nuria, en un radio de menos de 30 kilómetros. En contraréis muchas opciones de alojamiento, tanto pequeños hoteles rurales como la posibilidad de alquilar casas o apartamentos.

Merece la pena escaparse este próximo invierno a Puigcerdá y disfrutar del deporte de la nieve. También sería una magnífica opción esperar a la primavera y contemplar la explosión de colores que la naturaleza despierta en los alrededores de la población. Lo que está claro es que un rincón como este no lo podemos desaprovechar.

Foto Vía Iso 101