El nombre de esta ciudad está muy claro, ya que proviene del puente que se levanta sobre el río Lima. Fueron los romanos los que construyeron este puente en Ponte de Lima, un lugar muy pintoresco cerca de la frontera con España, apenas 70 kilómetros al sur de Vigo. Eso sí, está a unos 400 kilómetros al norte de vuestros hoteles en Lisboa.
Cinco de los arcos originales del puente romano aún se mantienen en pie. El resto del puente data de la Edad Media. Cuántos miles y miles de peregrinos lo han cruzado camino de Santiago de Compostela a través del Camino Portugués. En el extremo norte del puente hay un albergue de peregrinos.
Y es que Ponte de Lima ha sido desde siempre una ciudad volcada en el Camino de Santiago. El centro histórico de la ciudad alberga muchas casas medievales en donde comían y se alojaban los peregrinos. Pero Ponte de Lima también ha sido durante muchos años uno de los lugares más conocidos de Portugal con sus talleres de oro.
Es muy fácil encontrar en cualquier tienda de Ponte de Lima todo tipo de piezas de oro y joyería. Desde la Edad Media se viene puliendo y trabajando el oro en la ciudad. Por eso Ponte de Lima tenía un gran mercado, que aún hoy sigue celebrándose todos los lunes, siendo uno de los más importantes del norte de Portugal.
Dispersos entre los edificios más antiguos de Ponte de Lima se hallan algunos magníficos jardines. En la orilla derecha del río Lima, y tras cruzar el puente, están tal vez los más hermosos. Soon copias auténticas de jardines romanos, renacentistas y barrocos. A lo largo del río también podéis visitar el Museo de Maquinaria Agrícola Antigua.
En la orilla izquierda del Lima se celebra todos los años el Festival Internacional de los Jardines, que se lleva a cabo entre los meses de mayo y octubre. Durante todo el verano y el otoño se cubre la zona con unas especies de jardines temáticos, que cada año son distintos.
Ponte de Lima es un lugar precioso para pasear por su centro histórico, pero también podéis alquilar unas bicicletas y recorrer la zona junto al río y sus alrededores. No perderos tampoco la oportunidad de cenar en alguna de las terrazas o comer en las tabernas del centro histórico. Ponte de Lima es uno de esos pueblos que debéis conocer.
Foto Vía Planetware