A veces no hace falta ir demasiado lejos para ver belleza y gran diversidad de paisajes. Muy cerca encontramos los que ansiamos. El Pirineo Aragonés crea impregnado por esta magia que mezcla lo rural con lo arquitectónico, protagonizado por altas montañas y estaciones de esquí. Hay ofertas en vuelos para llegar a ciudades cercanas y plantarte en un momento en medio de la naturaleza.
Un paisaje que permite realizar toda clase de deportes de aventura en su barrancos y ríos, tanto por aire, agua y tierra. Sólo tu escoges la manera de divertirte. La mayor parte de las comarcas del lugar pertenecen a la provincia de Huesca y tocan casi a la frontera con Francia. De ahí ese paisaje tan variado, abrupto, lleno de rocas, senderos donde perderse y montañas que escalar.
En el Valle de Ordesa se extiende un gran parque nacional formado por varios valles, de un gran legado e interés por sus flora y fauna, algo desconocida. Pero lo más destacable del lugar es el Monte Perdido, dentro de este mismo parque, lo que permite llegar a cimas de considerables altura. Se realizar diversas rutas, más tranquilas para los que se inician y no quieren cansarse mucho, y otras avanzadas, que pueden incluir la escalada como deporte, especialmente indicadas para los más atrevidos.
El Pirineo Aragonés es rico en arte. Entre montañas se esconden algunas de las iglesias románicas más conocidas, que datan de S.X o XI, bien conservadas, con retablos y ornamentos realmente importantes. Monasterios, castillos, parques y jardines… también se extienden por estos valles.
Las estaciones de montaña ofrecen muchas actividades al visitantes. En invierno, el esquí es el preferido por los amantes del deporte de nieve, y en verano los servicios en las pistas, donde la naturaleza está siempre presente, no dejan a nadie indiferente.
Foto: kom_bo