Palacio Imperial de Japón en Tokio

Palacio Imperial de Japón en Tokio 2

Uno de los lugares más atrayentes de Asia es sin duda Japón y dentro de este país su capital, Tokio. Si cogemos uno de los vuelos a Tokio tenemos que saber que para conocer la ciudad a fondo necesitaríamos varias semanas ya que esta ciudad, paradigma del choque y convivencia entre la modernidad y la tradición, posee decenas de lugares turísticos y centenares de rincones que merecen la pena visitar.

Quizás uno de sus atractivos más impresionantes es su vasto Palacio Imperial, ubicado en pleno corazón de la ciudad de Tokio y que se caracteriza por ser la residencia de la familia imperial de Japón. Esta es la ubicación original del Castillo de Edo, lugar desde que se ha dominó Japón desde el año 1600 hasta finales del siglo XIX.

Una de las particularidades de este lugar son sus jardines, aunque los interiores y el palacio mismo no se puedan visitar excepto el 23 de diciembre y el 2 de enero, donde se permite el acceso a los jardines.

Otra de las cosas impresionantes del palacio imperial japonés son sus murallas, que rodean todo el perímetro con enormes piedras y fosos. Aún así, seguramente la foto típica del lugar es la que tiene de fondo el «Nijubashi«, el puente de acceso al palacio.

La única zona abierta para el turista es el Kokyo Higashi Gyoen, jardines que se sitúan en lo que anteriormente se ubicaban las defensas del castillo y donde aún podemos ver las ruinas de la torre principal. Podemos acceder a él si crumos el «homaru«, las fortificaciones que antiguamente eran el perímetro principal de la defensa.

Pese a que uno de los mitos del Palacio es la torre misma, que se levantó de nada menos que de 58 metros, su existencia tan sólo duró 19 años, tras el cual nunca más se reconstruyó la torre. Se dice que el Castillo de Edo fue comparable a la <str