El monumento a Los Raqueros, las playas o el Paseo de Pereda son algunos de los rincones más hermosos que tiene la ciudad de Santander y que hay que conocer in situ de manera obligatoria. No obstante, si hay un monumento que se ha convertido en símbolo de dicha urbe ese no es otro que el afamado Palacio de la Magdalena.
En la Península del mismo nombre, que se sitúa frente a la isla de Mouro, es donde se encuentra situada esta edificación de principios del siglo XX, que se decidió poner en pie con el claro objetivo de que ejerciera como residencia vacacional del rey Alfonso XIII y el resto de la familia real española.
Gonzalo Bringas Vega y Javier González Riancho fueron los arquitectos que se encargaron de construir este palacio, que está declarado Monumento Histórico-Artístico y que tiene la particularidad de que viene a asemejarse a lo que sería un poblado inglés.
No obstante, es innegable que además quien visite esta edificación se topará con el hecho de que también existen elementos que vienen a dejar patente otras influencias arquitectónicas tales como el barroco montañés o el eclecticismo francés.
Sus chimeneas, su espectacular escalinata o sus singulares ventanales son otros de los elementos que vienen a darle personalidad y elegancia al Palacio de la Magdalena de Santander, que se erige altivo en un paraje natural incomparable. Todo ello requiere que el visitante preste especial atención en su visita para no perderse ninguna de los detalles que le otorgan belleza al lugar y eso supone, por ejemplo, admirar también las caballerizas que se sitúan en torno a una placita de marcado estilo georgiano.
Teniendo en cuenta todos estos factores queda patente que quien visite la capital cántabra no puede dejar pasar la oportunidad de conocer in situ este espacio que ha inspirado a literatos, de la talla de Miguel de Unamuno, y que es el escenario donde actualmente se está rodando la serie de televisión “Gran Hotel”.