Cuenta la leyenda que el hombre que donó estas tierras en el siglo XVI a los pobladores exclamó: «Oh, linda situación para construir una villa». Esto es lo que suelen narrar los lugareños de Olinda para referirse al origen del nombre de su ciudad. Sin embargo, oficialmente Olinda se refiere al apelativo femenino del protagonista de la novela de caballerías de Amadís de Gaula.
Sea cual sea su etimología correcta, dicen de Olinda que cuenta con el mejor casco antiguo colonial de Brasil. Situada a solo siete kilómetros de Recife, esta pequeña ciudad fundada por los portugueses en 1537 y reconstruida tras el saqueo de los holandeses en el XVIII cuenta con atractivos suficientes como para que vayamos a cualquiera de nuestras agencias de viajes y nos dispongamos a conocerla.
Además de por su casco histórico, Olinda es famosa por ser la ciudad más bohemia del nordeste brasileño. No solo porque muchos artistas hayan venido a ella para inspirarse, sino porque como dicen sus propios habitantes, Olinda es en sí una obra de arte. No en vano es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1982.
Su centro histórico es un compendio de edificios, jardines, iglesias barrocas, conventos y capillas (que aquí se conocen con el nombre de passos). Un legado incalculable de arquitectura colonial, tal vez el mejor conservado de todo el país. En su momento llegó a contar con una gran cantidad de iglesias del siglo XVI, provenientes de las antiguas misiones, pero tras ser saqueada por los holandeses poco quedó de ellas.
Olinda es asimismo una de las ciudades más antiguas de Brasil, y primera capital del estado de Pernambuco. Su cercanía con Recife hace que sea un rincón que está siempre lleno de turistas. La iglesia episcopal del siglo XVIII, la Iglesia de Graça o colegio de los jesuitas, el Convento do Carmo, además de los diferentes monasterios y otros carmelitas y benedictinos forman parte de un conjunto muy hermoso. A ello se le añade la fascinante sencillez de los vivos colores de las casas.
A día de hoy Olinda reluce mucho más fascinante ya que, hace pocos años, todo el centro histórico fue completamente rehabilitado. Os invito a sentaros en alguno de sus restaurantes a probar la exquisita feijoada o algunos de sus platos de mariscos. Al ser una ciudad asomada al mar cuenta con algunas grandes delicatessen.
Y luego, a pasear por este centro histórico para exclamar, como la leyenda, Oh linda…
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