Siempre los cruceros han tenido un aura de misterio respecto a otros medios de transporte de pasajeros. Esto, seguramente se debe a la escasez hasta hace bien poco de cruceros chollos, cruceros que todo el mundo puede contratar.
Pero volvamos al mundo de los cruceros. Si nos fijamos, al abrir la ficha técnica de los cruceros, al lado del nombre, veremos que hay una serie de estrellas o anclas. El número de estrellas o anclas nos dirá la clasificación del tipo de crucero según la calidad, como si fuera un hotel. Lo cierto es que el número de anclas o estrellas se suele poner un poco globalmente, en función de varios factores pero, a diferencia de los hoteles, sin una clasificación oficial.
Aún así sí que hay ciertas pautas generales para saber de qué calidad es el crucero. La valoración se hace en función de la relación calidad precio que el cliente ha pagado y por la valoración de cuatro factores del barco mismo. Por un lado su nivel de mantenimiento, decoración y estado de la nave; por otro los camarotes, a saber, su comodidad, distribución y diseño y decoración; el servicio y la cocina y su variedad presentación, amabilidad y profesionalidad, y; la programación de actividades a bordo así como la hospitalidad de la tripulación.
Otro de los elementos a valorar suele ser el número de tripulantes en relación a los pasajeros que lleva el crucero, es decir, que cuantos más tripulantes haya mejor, mejor calidad tiene el cliente. En los barcos de 5 anclas, es decir los extra lujo, los Ritz de los crucero, el trato es casi exclusivo y la relación tripulación/pasajero es 1 tripulante por 1 o 2 pasajeros.
Los cruceros más pequeños o normales no suelen tener ofertas de instalaciones que estos mastodontes ofrecen, pero intentan paliar su déficit con excursiones exclusivas, comida e
instalaciones de calidad, etc.
Así pues, como vemos, la de los cruceros es otro mundo y se rige por normas propias. Si somos primerizos en hacer un viaje de este estilo estaría bien informarse de los detalles de este tipo antes de coger el billete.
Foto Vía: Maria Penalva