Ahora que se acercan poco a poco las Navidades y el Año Nuevo, muchos de vosotros buscaréis posiblemente un lugar para pasar las vacaciones. Hoy os planteamos la posibilidad de echaros la manta a la cabeza y cambiar la rutina de viajes tradicionales, y buscar con nosotros el exotismo que nos pueda ofrecer un país como Japón en estas fechas del año.
El japonés, como en cualquier otra parte del mundo, vive la Navidad alrededor de las celebraciones, la comida y los regalos. Eso sí, vienen celebrando la Navidad desde el pasado siglo XX solamente. La cultura del país estaba tan cerrada a las influencias externas que antes de este siglo no había rastro de interacción con otras culturas. Sólo cuando Japón se convirtió en una ciudad industrializada empezó a mostrar interés por el culto a la Navidad. Sobre todo gracias a la fabricación para otros países de motivos navideños.
Sin embargo, la Navidad y el Año Nuevo no se asocian en Japón con el sentido religioso del nacimiento de Cristo. Apenas un uno por ciento de la población japonesa es cristiana. Estas fiestas ensalzan el amor por los niños a la hora de darle regalos, la unión de las familias en la mesa y el sentido de la caridad.
Sin embargo la decoración es similar. Las luces y el colorido se encuentran en todas partes. Una decoración muy especial durante las Navidades es el uso del origami, sobre todo el pajarito pequeño que los niños hacen como símbolo del amor. Así Japón coloca el antiguo espíritu de buena voluntad en un contexto moderno.
La comida en estas fechas es muy importante también para el japonés. En casa se lleva a cabo una cena familiar, con menús que incluyen pollo asado, pollo frito y un pastel de Navidad. Hay algunos que, sin embargo, optan también por la pizza incluso en estas fechas.
Navidad es una de las épocas más interesantes para las compras. En Japón el exotismo de vuestro detalle está asegurado, aunque se puede encontrar de todo, desde joyas, hasta productos tradicionales, como las muñecas, verdaderas obras de arte en este país.
Santa Claus se llama Santa Kurohsu por los niños japoneses. Está considerado como uno de los dioses buenos de Japón, del que dicen que tiene ojos detrás de la cabeza para poder ver a los niños durante todo el año.
A partir del 26 de diciembre, la Navidad deja paso a las celebraciones de Año Nuevo. Es el día en el que se limpian a fondo todos los hogares de Japón y los adultos y los niños se engalanan con sus mejores ropas. Las decoraciones de Año Nuevo se suelen realizar con bambú y pino. Original es la decoración de la entrada de las casas, con el conocido para ellos kadomatsu, una decoración a base de ramas de pino. Las fiestas de Año Nuevo tienen lugar desde el 31 de diembre al 3 de enero.