¿Unas vacaciones en una isla griega?. A esa pregunta soy totalmente parcial desde que estuve en Mykonos, una isla que además de belleza natural tiene una animación increíble. Tanto de día como de noche los bares, restaurantes y discotecas no paran de recibir gente. En verano no os la podéis perder.
Sin embargo también existe otra Mykonos más tranquila, aquella que está empapada de cultura y tradiciones, lejos de las zonas más turísticas. En cualquier parte de la isla la gente es muy amable y hospitalaria. Si tenéis alguna duda u os perdéis por sus calles, no dudéis en acercaros a ellos que os atienden encantados.
Las playas de Mykonos suelen estar bastante concurridas, sobre todo las del sur de la isla. Para los que busquen marcha y animación las mejores son Playa Paraíso y Playa Super Paraíso, mientras que para los que buscan tumbarse con tranquilidad tenemos las playas de Kalo Livadi, Agrari y Agios Sostis. Si venís en familia os recomiendo la de Agios Ioannis.
En cada una de ellas hay muchos bares, restaurantes y tiendas. Los puertos de los pueblos pintorescos de la isla son los mejores lugares para sentarse relajadamente, especialmente en las tabernas.
Mykonos también tiene muy buenos museos para aquellos que estéis interesados por la historia y el arte. También os recomiendo planificar vuestro viaje con la celebración de alguno de los festivales y ferias de la isla. Mezclaros con los isleños, veréis lo amables que son para compartir sus fiestas y tradiciones con los turistas.
Por algo llaman a Mykonos la reina de las Islas Cícladas. A mí me enamoro su paisaje de casitas blancas, el sol derramándose sobre ellas, y sus interminables callejuelas sinuosas y empedradas, algunas de ellas con una pendiente increíble. Se puede llegar a Mykonos en avión desde Atenas, Creta, Salónica o Santorino, o bien en un ferry desde el Pireo, que dura siete horas.
Os aconsejo mucho mejor el avión, ya que el ferry, aunque más barato, es bastante incómodo. La verdad que cuanto antes lleguéis a este paraíso de playas, casitas encaladas y balcones llenos de flores mucho mejor, ¿no?.
Foto Vía Genv