Mussomeli, en el corazón de Sicilia

Mussomeli

En 1391 todos los barones de Sicilia se reunieron en el Castillo de Mussomeli. Aunque más interés tiene la leyenda que dice que en una de las salas de la fortaleza vivieron encerradas tres jóvenes mujeres que pertenecían a un celoso barón siciliano. Cuentan los lugareños que, de noche, estas mujeres aún vagan por las ruinas del castillo penando sus cuitas. Nadie se atreve a visitar este castillo cuando la oscuridad cae sobre Mussomeli.

Esta pequeña localidad siciliana se encuentra a 100 kilómetros al sur de Palermo, en el corazón de la isla. Os recomiendo llegar a ella en coche para disfrutar desde la distancia de la tupida amalgama de pequeñas casas que se apiñan en la ladera. Al dejar el coche en la entrada de Mussomeli os tenéis que preparar para subir algunas cuestas, ya que las callejuelas de la ciudad se empinan en busca de la cima de la colina.

Es una magnífica excursión para aquellos que estáis buscando vuelos Catania online. La recompensa de llegar a lo más alto de Mussomeli es magnífica, ya que se atisba uno de los paisajes más hermosos de Sicilia. Si el tiempo acompaña y está claro se aprecia incluso la silueta del volcán Etna.

En el recorrido por la población iremos viendo pequeñas iglesias y capillas, como la Iglesia Madre, construida en el siglo XIV, la Torre del Reloj, reconstruida a comienzos del siglo XX, o la Iglesia de Nuestra Señora de los Milagros. Aunque el principal atractivo sea el Castillo de Mussomeli o Castillo Manfredonico, situado a las afueras. Construido en el siglo XIV, impresiona verlo allí erigido sobre un promontorio rocoso de 260 metros de altura. Para los historiadores se trata de uno de los mejores ejemplos de castillo medieval en Sicilia.

Solo por el hecho de ver la silueta de esta impresionante fortaleza merece la pena acercarse hasta Mussomeli. En el laberinto de sus callejuelas podéis sentaros en alguna de sus pequeñas tabernas a degustar lo mejor de su gastronomía, especialmente sus quesos, aceitunas y vinos. El placer de sentirse en el corazón de Sicilia, tocando con la punta de los dedos el encanto medieval de esta isla, no tiene precio.

Foto Vía Castello Incantato