Montevideo tiene algo especial; no es una ciudad que llame la atención por su belleza, ni tampoco tiene una vida especialmente divertida o animada, pero este es un lugar que se deja querer como pocos.
La capital del pequeño Uruguay (a quien sus habitantes lo llaman cariñosamente «paisito») se sitúa en una de las orillas del conocido Río de la Plata, el río más ancho del mundo, por eso cuenta con hermosas playas ( como Ramírez, Pocitos o Malvín) dentro de la misma ciudad y con una rambla que es fantástica para pasear y ver a grupos de uruguayos en una de sus ocupaciones preferidas, tomar mate; algo realmente peculiar y curioso para el viajero europeo.
Otra de las palabras que podría definir a la ciudad sería la palabra tango. Si bien no es una práctica tan extendida y explotada turísticamente como en su vecina Buenos Aires, Montevideo es una ciudad bien tanguera. Muestra de ello son, entre otros, los bailes de tangos y milongas que se organizan todos los sábados en la Plaza del Entrevero y a las que acuden montevideanos de varias generaciones, o las actuaciones de tango en directo que se ofrecen en el clásico Baar Fun-Fun de la Ciudad Vieja.
Otras dos visitas de carácter obligatorio en la ciudad son el Mercado del Puerto y la Feria de Tristán Narvaja. En estos lugares se reúne «lo más selecto» de la población montevideana: desde el abuelo que visita la feria todos los domingos desde hace cuarenta años, hasta el ladronzuelo (hay que tener un poco de cuidado) más hábil del entorno, pasando por jóvenes músicos, vividores, paseantes, curiosos y demás fauna humana…
El resto de los lugares que os recomendamos visitar son la antes mencionada Ciudad Vieja, la Plaza de la Independencia, la Avenida 18 de Julio (la calle principal de Montevideo, donde encontraréis la Intendencia -ayuntamiento- y la Universidad de la República), la zona del Parque Rodó (con interesantes propuestas de los alumnos de Bellas Artes de la ciudad a su alrededor), el barrio Villa Muñoz con sus coloridos edificios y el también barrio del Prado.
Montevideo merece mucho la pena, solo hay que saber mirarla bien y fijarse en los deliciosos detalles de su día a día…
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