Marsella, ciudad de fuertes (I)

Marsella, ciudad de fuertes (I) 2

Las ciudades francesas, pese a tenerlas cerca, no son muy conocidas. Podemos conocer perfectamente de nombre Marsella, pero ¿cuantos de nosotros ha visitado este hermoso rincón de la república vecina?

Marsella es un emplazamiento histórico y monumental, cultural y moderno a la vez. Hoy hablaremos precisamente de alguno de los elementos que hacen de esta ciudad una ciudad monumento y demuestran su larga historia. Se trata de los fuertes.

El fuerte de San Juan, por ejemplo,habría estado ocupado desde la Antigüedad, pese a que no fue hasta el siglo XIII cuando la orden de los Hospitalarios de San Juan de Jerusalem, el germen de la Orden de los Caballeros de Malta. Hay todavía ciertos vestigio de la época pues la enorme e impresionante torre cuadrada se levantó después del saqueo de los aragoneses. Y es que siempre ha sido un lugar muy estratégico pues controla la entrada al puerto.

La torre final se construyó o fue acabada en 1644 y el Caballero de Clerville construyó el resto del fuerte previsto por Luis XIV cuando éste tenía grandes proyectos para Marsella. El dicho caballero hizo cavar un foso inundable con el objetivo de aislar el fuerte de la ciudad. También ha pasado por oros usos como de guarnición o incluso como prisión durante la Revolución Francesa.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el fuerte fue un depósito de municiones alemán que explotó en 1944, lo cual produjo graves daños al fuerte y al PuenteTransbordador. Después de una mínima rehabilitación, en 1964, el edificio fue declarado como Monumento Histórico.

Otro de los fuertes o edificios de defensa de Marsella es o son las consignas sanitarias. En el siglo XVIII, el hermoso edificio de la consigna se convirtió en sede de la Intendencia sanitaria de Marsella y es Monumento Histórico desde 1949. A lo largo del siglo XIX se volvió a construir un edificio idéntico y es que el sistema de prevención de epidemias lo hacia necesario. Durante este sistema de prevención, se obligó a los barcos a permanecer en cuarentena sistemáticamente. En 1720, parte de estas medidas fueron levantadas por excesivas, pero el barco Grand Saint Antoine propagó la peste por toda la ciudad y más tarde por la Provenza. Este episodio está marcado en lo más profundo de los marselleses.

Foto Vía: kafeole