El encanto de Marrakech desprende un universo de colores y olores fundamentales para conocer de cerca la cultura árabe. Descubrir sus mezquitas, las plazas y, sobre todo, los zocos o grandes mercado donde comprar está a tu alcance, pues cada vez son más los vuelos baratos a Marrakech que se ofertan.
La ciudad es el paraíso de las compras para los occidentales. Con la antiquísima técnica del regateo, puedes adquirir piezas de gran valor por poco dinero. Hay que ser hábil y no engañar ni dejar que te engañen, pues los locales ya se saben todos los trucos posibles.
Para quedarte con un producto más rebajado hay que interesarte mucho en él. El vendedor partirá siempre de un precio algo caro y tu debes bajarlo al máximo para quedar finalmente a un precio medio, relativamente asequible. Muchas veces, también se facilita el trueque. De manera que si llevas algo que a ellos les parece interesante, te lo cambirán por el producto que quieras.
Los zocos marroquíes son los lugares tradicionales para ir de compras. En Marrakech están divididos por secciones: lámparas de hierro forjado, alfombras, ropa, babuchas, especias, joyería y bisutería, artículos de plata, pieles…
Si bien son los mejores lugares donde entrar y encontrar un gran surtido de productos, en otras zonas del centro hay tiendas a mejores precios. Algunos ejemplos los tenemos en que una lámpara de tamaño medio en el zoco puede costarte 22 euros, mientras que en otras tiendas menos transitadas la obtienes por 10 euros. (Doy fe de ello).
Tampoco te dejes engañar si te prometen joyas de calidad, cuando muchas veces no lo son. Exige un certificado de calidad en oro o plata o sino, rebaja el precio al máximo. Las tiendas de especias o farmacias para ellos son un gran escaparate donde encontrar miles de remedios caseros y naturales.
Un improvisado guía (que tiene una comisión por ello) te llevará hasta ellas y te enseñará todo a la perfección. Como has estado tanto rato y hasta te invitan a té y pastas, no te quedará más remedio que comprar algo. No te preocupes, siempre hay cosas que vale la pena. Desde henna para el pelo, pinturas de belleza naturales, especias para condimentar la comida, y un sinfín de productos tradicionales de la tierra, como el sándalo para dar olor a casa.
Foto: G.P.