Ciudad mágica y encantadora donde parece que el tiempo se ha detenido, Marrakech invita al viajero a conocer un destino fascinante. Bulliciosas calles, mercados muy concurridos, festivales increíbles y monumentos fantásticos, rodeados de bellos y coloridos jardines.
El punto neurálgico de la ciudad lo hallaremos en su plaza principal, donde se entremezclan personajes pintorescos, encantadores de serpientes y acróbatas que sorprenden gratamente con un espectáculo novedoso y por momentos increíble.
Y cuando el sol comienza a despedirse puede escucharse el mágico canto proveniente de las mezquitas cercanas. Todo el entorno va cambiando gradualmente y del bullicio del día puede comenzar a disfrutarse de una noche encantadadora.
Magos y cartomantes aparecen en escena junto a los restaurantes que instalan sus mesas para brindar su mejor servicio culinario.
Su arquitectura deslumbra a través de palacios y mezquitas, baños y jardines construidos en el siglo XI, conviven en perfecta armonía con tiendas elegantes de marcas internaciones famosas, un destino lujoso que nos inspira sueños increíbles representados por el cuento de las Mil y una noches.
Partiendo de la Plaza de Yamaa el Fna se tiene acceso al Zoco de Marrakech, un mundo de posibilidades para adquirir desde velas aromatizadas hasta lámparas y las más bonitas babuchas. De calles amplias, los puestos y tiendas ofrecen sus ofertas tanto a turistas como a locales, que por lo general acudirán al lugar llegada la tarde.
Cerca de allí la mezquita Kutubia que representa junto a la de la Giralda el símbolo de Marrakech, a pesar de no poder accederse a ella desde fuera es posible admirar su magnifica construcción y los hermosos jardines que la rodean.
Las ruinas del Palacio el Badi, que perteneciera al sultán Ahmed el Mansur, construido en el siglo XVI, pueden recorrerse a través de sus pasadizos subterráneos. Muy cerca de allí, las tumas Saadés, un mausoleo que perteneció a la dinastía Sadí, donde se encuentran las tumbas reales del sultán Mansur y su familia.
Para quienes quieran hacer un paseo en camello, es sólo llegar hasta el Jardín de la Menara, fuera de los muros de la ciudad y alquilar uno por muy poco dinero.
El área de los hoteles se encuentra en la llamada Ville Nouvelle, o Guéliz, la parte más moderna de la ciudad, también aquí puede disfrutarse de restaurantes, cafés, discotecas y tiendas. Es el lugar perfecto para probar la culinaria local o mirar el movimiento bullicioso del lugar mientras se saborea un café.
Existen vuelos baratos para llegar a la mágica ciudad de Marrakech y disfrutar de su historia, cultura y tradiciones que por ser tan diferentes apasionan a quienes las conocen.
Foto Vía jonl1973