Luang Prabang, turismo en Laos

Luang Prabang

Aterrizamos en medio de la niebla que envolvía en aquel momento a Luang Prabang, ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Un viaje exótico que nos llevó hasta el pequeño país asiático de Laos, un destino desconocido pero que os queremos hacer llegar.

Os aconsejamos que antes de vuestro viaje hagáis uso de un alquiler de coches para moveros con soltura por el país. La ciudad de Luang Prabang se sitúa en la cima de una cordillera, entre los ríos Mekong y Nam Khan, un lugar lleno de templos y una curiosa y peculiar arquitectura blanca de estilo francés.

En Luang Prabang, considerada como la ciudad mejor conservada del sudeste asiático, podéis visitar Wat Xieng Thong, la más antigua de las 32 pagodas que hay en la ciudad, Wat Visoun, el templo más antiguo, y el Palacio Real, además del Museo Nacional. Viajar a Luang Prabang es como retroceder unos cuantos siglos en el tiempo.

Laos es un país comunista y algo pobre. El sesenta por ciento de la población es budista, por lo que os resultará encantador el ambiente plácido y tranquilo en el que viven sus gentes. Hay un dicho en el sudeste asiático que dice que los vietnamitas plantan el arroz, los camboyanos lo ven crecer, y los habitantes de Laos lo oyen crecer.

Si tomamos nuestro coche al norte de Luang Prabang nos saldrán al paso estrechas carreteras con pequeñas aldeas donde los hombres se dedican al cultivo del arroz y las mujeres tejen la seda. Los niños corren descalzos a orillas del río Mae Khong. Podéis hacer una excursión en barco por este río hasta Luang Prabang.

En este pequeño crucero veréis campos llenos de arroz, chicos jóvenes remendando sus redes por doquier y pequeños bosques. Estos paisajes han provocado que en Laos haya una mayor conciencia del senderismo y las rutas ciclistas.

Luang Prabang cobra vida desde bien temprano, con el canto de los gallos. Muy cerca, el sonido del repique de campanas parece la señal para que las calles de Luang se llenen de monjes vestidos con sus túnicas color naranja. Las mujeres pasean con sus cestas de verduras en la cabeza.

Resulta increíble estar en la otra esquina del mundo comprobando cómo la calma, la paz y la espiritualidad tienen un nombre propio: Luang Prabang.

Foto Vía Py All