Por estar catalogada como parte integrante del Patrimonio de la Humanidad, por sus festivales de música y por su interesante ruta de castillos, Edimburgo es una de las ciudades europeas más visitadas anualmente por personas llegadas de todos los puntos de la geografía mundial.
Pero no son estos los únicos atractivos que posee la urbe escocesa y así lo descubrirán dichos viajeros. En concreto, entre todos aquellos hay que realizar una mención especial al conjunto de interesantes museos que se pueden conocer in situ y que son una manera de acercarse más a la historia, cultura e idiosincrasia de esta tierra.
Uno de estos centros culturales de gran valor es la Galería Nacional de Escocia que se encuentra situada en la conocida Calle de los Príncipes, en la colina The Mound. El edificio que toma como sede es una construcción de mediados del siglo XIX y estilo neoclásico que fue realizada por William Henry Playfair.
En ella cualquier visitante lo que podrá hacer es disfrutar de la mejor y más extensa colección de arte que existe en el país. Y es que sus fondos están conformados por esculturas y pinturas realizadas por muchos de los mejores artistas del mundo en el periodo que va desde el Renacimiento hasta el Postimpresionismo.
Así, en sus salas toman protagonismo obras de Botticelli, Monet, Rembrandt o Leonardo da Vinci, entre otros.
Otro de los museos más interesantes de Edimburgo es la Real Academia Escocesa, un espacio expositivo este donde se da cabida a los mejores pintores y escultores autóctonos de los últimos tiempos.
Y todo ello sin olvidar tampoco la Galería Nacional Escocesa del Retrato, sita en un edificio gótico del siglo XIX, que alberga en su interior una más que interesante exposición de retratos de personajes locales importantes en la historia del país. María I de Escocia, Adam Smith o David Hume son algunos de los que aparecen inmortalizados en estos lienzos gracias al trabajo de artistas también relevantes como Rodin o Van Dyck, por ejemplo.