Los mejores rincones para fotografiar Madrid

Vistas aéreas de Madrid 2014
Vistas aéreas de Madrid

Visitar sus espectaculares pinacotecas, disfrutar de su amplia variedad de espectáculos teatrales, gozar de la ciudad de noche o conocer sus monumentos más significativos son algunas de las actividades que llevan a cabo todos los turistas que anualmente visitan Madrid.

No obstante, cualquiera de aquellos debe saber que tampoco puede dejar pasar la oportunidad de captar el alma de la capital española. Y es que puede conseguir las mejores fotos con cámaras réflex apostándose en rincones llenos de magia y encanto, que le harán descubrir por qué la mítica frase de “De Madrid al cielo”.

En concreto, estos son algunos de los enclaves que merece la pena admirar con los ojos y capturar con una cámara:

  • Azotea del Círculo de Bellas Artes. Conocer a la urbe desde las alturas y descubrir la belleza de sus arterias principales, como la Gran Vía o Alcalá, es algo que se puede hacer si se sube a este espacio desde el que se tienen unas vistas realmente impresionantes. En cualquier momento se pueden lograr unas instantáneas espectaculares, no obstante, lo recomendable es hacerlo al atardecer para poder ver cómo cae el sol sobre Madrid.
  • Templo de Debod. Otro de los lugares que siempre se recomienda visitar para ver una panorámica realmente mágica de la ciudad es este. En un emblema se ha convertido la zona, que destaca por su romanticismo al anochecer.
  • Plaza de España. Asimismo no hay que olvidarse tampoco de dejar que los pasos lleven hasta este otro rincón, símbolo de la ciudad. Desde él se podrán capturar imágenes tan espectaculares como la subida de Gran Vía o el conjunto escultórico que rinde homenaje al célebre Miguel de Cervantes.
  • Callao. Los cinéfilos especialmente son los que, sin embargo, recomiendan llegar con la cámara hasta esta céntrica plaza para allí capturar la emblemática fachada del edificio donde está el logo de Schweppes, que aparece en películas tales como “El Día de la Bestia” (Álex de la Iglesia, 1995).