Todo aquel turista que llega a Edimburgo tiene claro que no puede marcharse de esta ciudad de Escocia sin antes realizar una parada en su mítico y emblemático Castillo. Una fortaleza esta del siglo XII que se ubica al final de la famosa Royal Mile sobre unos pronunciados acantilados.
Amplísima es aquella edificación que merece la pena conocer a fondo y sin prisas. Sin embargo, si no cuentas con demasiado tiempo, te recomendamos que te centres fundamentalmente en estos enclaves:
- La zona del cañón de las trece horas. Para poder disfrutar de este rincón plenamente hay que visitar el castillo por el mediodía, concretamente a la una pues es entonces cuando se lleva a cabo el disparo de aquel arma. De esta manera, se sigue con una tradición que ha conseguido mantenerse a lo largo del tiempo. Y es que desde hace tiempo se acometía esta acción para que los marineros que estaban en las embarcaciones surcando las aguas de alrededor supieran de qué hora se trataba.
- La Capilla de Santa Margarita. Este es uno de los rincones imprescindibles de esta edificación de Edimburgo ya que tiene el privilegio de ser la construcción más antigua de la ciudad. Se puso en pie en el siglo XII, es de estilo románico y está dedicada a la figura que le da nombre, canonizada por la Iglesia Católica debido a diversas acciones piadosas que llevó a cabo en vida.
- El museo de los Honores de Escocia. Especialmente importante es este espacio ya que en él se conservan las joyas de la Corona Escocesa, datadas en el siglo XV. De ellas habría que decir que son las más antiguas de Reino Unido, que fueron utilizadas para coronar a María I o Carlos II y que se componen de corona, espada y cetro.
Tres enclaves especiales que debes conocer para descubrir el mayor encanto del Castillo de Edimburgo.