Lisboa es una de las ciudades más bellas que existen. Transmite melancolía y también pasión y misterio arraigado por la cantidad de monumentos e historia que esconde. Si estamos unos días en la ciudad, podemos hacer algún crucero desde Lisboa. Nos llevará por lugares enigmáticos como la isla de Madeira, popular por sus casas de colores y una cocina de excepción.
Pero en la propia Lisboa tenemos muchas cosas que hacer. Sus barrios coloristas nos ofrecen subidas y bajadas que siempre podemos aligerar subiendo al ascensor de Santa Justa que nos lleva directamente del barrio de Alta al de Baixa y viceversa.
Además, es uno de los mejores lugares para ver vistas increíbles a toda la ciudad, desde lo alto del ascensor que permite salir y asentarnos en una plataforma para descubrir la ciudad desde otra perspectiva. Nos llamarán la atencion sus tejados naranjas, las terrazas y las plazas centrales.
El barrio de Chiado es algo más bucólico. Tiendas de artesanía, calles repletas de casas con sus terrazas típicas repletas de ropa, restaurantes caseros muy económicos y otros algo más caros donde realizan espectáculos con cantadas de fado, tan popular en todo el país.
Estas sesiones suele incluir cenas a base de sabrosos bacalaos, carnes, postres y vino de Oporto mientras oímos el fado en directo y algo nos hace pensar que estamos en un país lleno de sentimientos.
En el barrio de Belén siempre podemos descubrir nuevos edificios, como la torre de Belén, a la que poder subir a pie. En este barrio también son numerosos los restaurantes pesqueros y en fines de semana hay un gran mercadillo en el que obtener toda clase de enseres a precios muy rebajados. Es el mejor lugar para cargarte de regalos o souvenirs algunos únicos y muy especiales. ¡Lisboa nos espera para exprimirla al máximo!
Foto: retinafunk