Muchos de los turistas que visitan la República Checa sólo lo hacen para acercarse hasta Praga, una ciudad de cuento de hadas. Pero, a sólo cien kilómetros al norte de esta ciudad, y entre las montañas Jisera y Luzatian, se halla la encantadora ciudad de Liberec, una de las más grandes de la región checa de la Bohemia, muy cerquita ya de Polonia.
Se trata, pues, de una excursión perfecta para hacer desde Praga. Al llegar, tenéis que buscar la plaza principal, donde se erige la figura del Radnice, o ayuntamiento. Cerca del ayuntamiento se halla el Teatro Salda y el Museo de Bohemia del Norte. Si viajáis con niños, hay que decir que Liberec cuenta con el zoológico más grande de la República Checa.
A diferencia de Praga, la mayoría de lugares de interés de Liberec están muy cerca unos de los otros. Eso sí, al estar situada la ciudad en una empinada colina, tendréis que subir callejuelas empedradas. Para moverse por la ciudad hay autobuses y tranvías, si os sentís cansados.
De todas maneras, si os cansa caminar tanto, lo mejor es pararse en algunos de los bares de Liberec. De todos es sabido que las cervezas checas de la región de la Bohemia son excelentes. Os recomendamos las cervezas Svijany y Konrad, así como las Pilsner Urquell y la Staropramen. Las encontraréis a un precio mucho más asequible que en cualquier otro lugar.
Son muchos los turistas que vienen en invierno hasta Liberec para disfrutar de las dos pistas de esquí de Jested, el pico de montaña que se sitúa sobre la ciudad. Precisamente, aquí se celebraron la competición de saltos de la Copa del Mundo de Esquí del 2008. En la cima hay un hotel, que si lo veis desde abajo parece que va a derramarse por la ladera de la montaña.
Llegar hasta Liberec es muy fácil, ya que se puede tomar un autobús desde la estación de Cerny Most en Praga. Incluso desde la ciudad alemana de Dresde sale un tren directo hasta Liberec.
Foto Vía Ubudulinka