Desde pequeño siempre me llamó la atención ese país que se encontraba prácticamente en el vientre de Sudáfrica. Su nombre, Lesotho, me llevaba a tierras montañosas, cubiertas por una exhuberante sabana y un caudaloso río. Lo que la imaginación me desbordaba se hizo realidad cuando lo visitamos.
Lesotho no se independizó de Gran Bretaña hasta 1966. Está completamente rodeada por Sudáfrica, y solo la separan de ella las montañas de Drakensberg y Maluti. Precisamente Lesotho está llena de montañas, con cimas que suelen sobrepasar los tres mil metros de altura. Algunas de ellas se hallan en el impresionante Parque Nacional de Drakensberg, puerta de entrada a este país al que se considera como uno de los techos de África.
No es de extrañar, pues, que muchos de los folletos turísticos que encontramos de Lesotho lo consideraran como el Reino del Cielo. El aire fresco de la montaña y las tradiciones de sus habitantes, viviendo en pintorescos pueblos y aldeas de montaña, son sus principales atractivos. Surgiendo en medio de ellos, el pico Thabana Ntlenyana, que con sus 3.482 metros es la cima más alta del país.
Un país al que llegan cada año miles y miles de senderistas, deseosos de adentrarse en sus entrañas llenas de naturaleza, colinas cubiertas de hierba, grandes cascadas, montañas cubiertas de niebla y arroyos de aguas cristalinas. El valle del caudaloso río Orange serpentea por todo el país, formando pequeños ríos y embalses en los que resulta un placer pescar.
Es aquí en Lesotho, en medio de tanta belleza, donde podemos ver la cascada más alta del sur de África. Se trata de la Maletsunyane, que cae cerca de Semonkong. Su nombre significa el «hogar del humo», ya que al tronar desde una altura de 192 metros, especialmente en las épocas de lluvia en verano, deja en el aire una estruendosa cortina de agua similar al humo.
Pero no solo hay que quedarse en las montañas de Lesotho. Bajando de las cimas de Maluti se llega hasta las tierras bajas occidentales, donde se encuentra Maseru, la capital de Lesotho, el lugar en el que viven dos tercios de la población del país. Maseru es una ciudad de contrastes, ya que lo moderno y lo tradicional conviven a partes iguales. El tráfico bullicioso se confunde con los mercadillos de artesanía.
En Lesotho los meses más calurosos son los de enero y febrero, mientras que la temporada de lluvias ocurre entre los meses de octubre y abril. Las temperaturas en esta época oscilan en torno a los 30 grados, pero la sensación térmica es mayor debido a la humedad. En invierno cae la nieve entre los meses de mayo a septiembre, aunque en los pueblos de alta montaña puede nevar todo el año. En estas tierras altas el frío puede ser intenso en los meses invernales, con temperaturas por debajo de los -15 grados.
Foto Vía Wikipedia