Si tienes ganas de disfrutar de casinos espectaculares o si quieres casarte de la forma más singular que puedas imaginar, teniendo como testigos a Elvis Presley o a Marilyn Monroe, debes saber que el lugar donde podrás hacerlo está en Estados Unidos y se llama Las Vegas.
En pleno corazón del desierto de Mojave, en Nevada, es donde se encuentra situada esta urbe donde el aburrimiento está prohibido pues en ella cualquier visitante puede divertirse no sólo con la multitud de juegos de azar que son los protagonistas de establecimientos de ocio sino también asistiendo a los espectáculos que cada noche tienen lugar o realizando interesantes rutas por los rincones más significativos de la zona.
La Capital del Entretenimiento Mundial. Así es como también se conoce a Las Vegas donde hay que subrayar los singulares hoteles que se han creado en la misma y que intentan representar a importantes ciudades de todo el planeta. En este sentido, podríamos destacar, por ejemplo, The Venetian Resort Hotel-Casino que hace que cualquier persona sienta que se encuentra en Venecia.
El Excalibur Hotel es otro de los alojamientos temáticos por excelencia y en él cualquier huésped se sentirá como miembro de la mágica Camelot. Asimismo el Caesars Palace también se ha convertido en uno de los hoteles más importantes de toda la urbe pues recrea a la perfección el Imperio Romano.
Como decíamos otra de las actividades más interesantes para realizar en la urbe que nos ocupa es llevar a cabo una ruta por algunos de los rincones naturales más interesantes del lugar. En concreto, con ella podremos conocer el Gran Cañón que es una espectacular garganta que está excavada en el río Colorado y que permite disfrutar de unas espectaculares vistas.
Un río aquel donde además está la afamada Presa Hoover donde existe un lago, llamado Lake Mead, y que recibe su nombre del Presidente de los Estados Unidos que más hizo porque la misma se pusiera en pie.
En materia de espectáculos, si te encuentras en Las Vegas es obligatorio perderse por la calle Freemont, donde las luces y la música casi puede decirse que cobran vida propia.