Si hay un edificio romano que da señal de su avance tecnológico y en materia de bienestar, éstos son las termas romanas. Ubicadas por doquier en cualquier rincón de europa, muchos turistas que van de vacaciones Roma, no los contemplan como algo a visitar o conocer, ya que otros monumentos y rincones suelen dejar en la sombra este atractivo romano.
De hecho, durante siglos, las termas, en época romana fueron parte importantísima en la vida cotidiana de los romanos de la época, y es que más allá de un lugar de aseo y baño, el lugar era centro de unión de toda clase de gente, desde aristócratas hasta gente con menos recursos. El lugar era utilizado casi como un centro cívico, más allá del aseo se ofrecían servicios como los masajes, cortes de pelo o ejercicios de todo tipo.
Para conocer estas termas donde también se hablaba y conspiraba sobre política, podemos ir primero a las Termas de Agripa, las primeras termas importantes que se levantaron en la antigua Roma y que, pese a ser inicialmente concebidas como sauna, al final acabaron convirtiéndose en termas con una enorme priscina. Después de incendiarse en el año 80, las termas se rehabilitaron y volvieron a ampliarse, pero por desgracia hoy día tan sólo podemos ver pequeños vestigios de dichas instalaciones.
Quizás las termas más importantes o conocidas de Roma son las Termas de Neron, levantadas en el año 60 por el conocido emperador romano. Fueron ampliados en épocas de Alejandro Severo y fueron ejemplo o referencia para posteriores termas que levantarían los emperadores Trajano y Diocleciano. Y es que las termas de Nerón ocupaban nda menos que una superficie de 300×120 metros en pleno centro político de la antigua Roma, a 50 metros del Panteón de Agripa. Hoy día tan sólo se pueden ver pequeñps vestigios, ya que algunas de las piedras utilizadas para su construcción fueron utilizadas para levantar iglesias y edificios con posterioridad.
Por último, una última terma interesante de visitar pero sobre todo de conocer su historia son las Termas de Trajano, que ocuparon un lugar preferente en la Colina Esquilina en lo que era el Domus Aurea de Nerón. Su construcción comenzó en el año 104 y acabó cinco años más tarde bajo el emperador que da nombre a las termas. Hoy día, comparado con las dos termas anteriores, se conserva bastante bien, y es que aún se levantan algunas partes de su estructura así como 7 de sus cisternas. Por desgracia estas cisternas están cerradas al público, pero con decir que entre ellos podrían almacenar hasta 8 millones de litros de agua, podemos hacernos una idea de su tamaño e importancia.
Si nos gustan las termas tampoco podemos dejar de visitar las Termas de Caracalla o las Termas de Diocleciano, las otras dos termas importantes de Roma.
Foto Vía: RyanFreisling