La Rochelle, la joya de la costa oeste francesa

La Rochelle, la joya de la costa oeste francesa 2

La costa oeste francesa, pese a no ser tan conocida como la costa mediterránea francesa, tiene también mucho atractivo. La Rochelle por ejemplo es un comienzo espectacular. Además, este verano estamos de suerte para viajar a esta zona y cualquier otra pues las agencias de viajes se están esforzando por ofrecer viajes con niños gratis para que el viajar salga más barato y cueste menos.

Pero vayamos a nuestro inicio. Una de las rutas más interesantes que se pueden hacer en Francia es la de recorrer toda la costa oeste, desde la región de Poitou-Charentes hasta la Bretaña. Se puede hacer este viaje en coche, aunque tiene cierto romanticismo o misterio subirte a un tren-hotel que une cada noche Madrid o Barcelona con París y Poitiers.

Desde Poitiers podemos ir a La Rochelle, punto de inicio de la ruta. El encanto de esta ruta no preside en la magnificencia de ciertos castillos o monumentos sino que de la sencillez de antiguos pueblos de pescadores que apenas han cambiado de costumbres.

La Rochelle se sitúa en el fondo de una bahía y es uno de los pocos lugares con bastiones. Lo cierto es que esta región conserva un importantísimo legado histórico y bonitos monumentos. La Edad Media parece estar presente en muchos rincones.

No obstante, parece que algo está cambiando en este viejo pueblo de gente de mar. Algunas embarcaciones deportivas amarradas a las dársenas del puerto viejo parecen pedir lugar para ellos. Lo cierto es que estas imágenes dan un cierto aspecto elitista a la villa, aunque esta idea se nos disipará una vez entremos en el casco antiguo. Tan sólo una curiosidad del casco antiguo de La Rochelle: tiene en total 3 kilómetros de soportales donde los antiguos comerciantes comerciaban.

A los antiguos comerciantes les han sustituido hoy una multitud de tiendas que dan vida y animación a la ciudad. El centro es medieval a más no poder, con las calles peatonales y casas adornadas misteriosamente con gárgolas. La Rochelle no es de esas ciudades donde mirar abajo. Si tenemos la vista alta nos sorprenderemos viendo torres, dragones armas y cañones saliendo desde la pared. Si hay que destacar un solo monumento quizás la más interesante sea la Catedral de San Luis.

Foto Vía: William Scot